3. (Él es Quien) te ha revelado el Libro (el Corán) con la verdad (¡oh, Muhammad!), confirmando los (Libros) que lo precedieron, y Quien reveló la Torá y el Evangelio,
4. los cuales fueron, con anterioridad, una guía para los hombres, y (Él es Quien) ha revelado todo aquello que distingue la verdad de la falsedad. En verdad, quienes rechazan las revelaciones de Al-lah tendrán un castigo severo; y Al-lah es Poderoso, capaz de castigar duramente (a quienes Lo desobedecen).
6. Él es Quien les da la forma que quiere en el vientre materno. No hay ninguna divinidad verdadera con derecho a ser adorada excepto Él, el Poderoso, el Sabio.
7. Él es Quien te ha revelado el Libro (¡oh, Muhammad!). En él hay aleyas claras que son la base del Libro[94] y otras que aceptan diferentes interpretaciones. Aquellos cuyos corazones se desvían de la verdad siguen las que admiten distintas interpretaciones con el fin de sembrar dudas y divergencias entre la gente y darles el significado (que ellos desean); sin embargo, solo Al-lah conoce su verdadera interpretación. Mas quienes tienen un conocimiento profundo dicen: “Creemos en él (el Corán), todo él procede de nuestro Señor”. Pero solo reflexionan los hombres de buen juicio.
[94] Se refiere a las aleyas que recogen los principios de la fe, las obligaciones de los creyentes, las órdenes y las prohibiciones de Al-lah, así como todos Sus preceptos.
8. (Y dicen:) “¡Señor, no dejes que nuestros corazones se desvíen después de habernos guiado y concédenos Tu misericordia! Ciertamente, Tú eres Quien concede (lo que quiere a quien quiere sin límite alguno).
11. Su comportamiento es similar al del Faraón y al de otros (incrédulos) que lo precedieron. Desmintieron los signos de Al-lah y Él los castigó por sus pecados. Y Al-lah es severo en el castigo.
12. Diles (¡oh, Muhammad!) a quienes rechazan la verdad que serán vencidos y conducidos juntos hacia el Infierno. ¡Y qué pésimo lugar para permanecer en él!
13. Ciertamente, (ustedes, judíos, que niegan la verdad debido a su altivez) tuvieron una prueba (de que Al-lah haría que Su religión triunfara) en las dos facciones que se enfrentaron (en la batalla de Badr[95]). Una de ellas (la del Profeta y sus seguidores) luchaba por la causa de Al-lah; mientras que la otra, formada por los incrédulos (de La Meca), vio con sus propios ojos que los creyentes[96] los doblaban en número (a pesar de que su número era en realidad muy inferior al de ellos). Y Al-lah fortalece con Su ayuda a quien quiere. Ciertamente, en esto hay una lección para los dotados de clarividencia.
[95] La batalla de Badr fue la primera batalla del Islam y tuvo lugar en el mes de ramadán del segundo año de la Hégira, cerca de la ciudad de Medina. Al-lah concedió a los creyentes la victoria, a pesar de que los incrédulos de La Meca los triplicaban en número. [96] También puede entenderse que los creyentes vieron con sus propios ojos que las fuerzas de los incrédulos de La Meca los doblaban en número. Ambas interpretaciones son completamente ciertas y no se contradicen, pues Al-lah quiso levantar la moral de los creyentes haciéndoles ver que sus enemigos solo los doblaban en número, cuando, en verdad, los triplicaban; asimismo, para infundir miedo en los corazones de los incrédulos de La Meca, Al-lah hizo ver a estos que los creyentes los doblaban en número.
14. A los hombres se les ha embellecido el amor por lo que desean[97]: las mujeres, los hijos varones, grandes cantidades de oro y plata, los caballos de pura raza, los ganados y las tierras de cultivo. Todos ellos son placeres (efímeros) de esta vida, mas Al-lah posee junto a Él un buen lugar de retorno (y la mejor recompensa: el Paraíso).
[97] Esta aleya enumera los placeres terrenales que los árabes contemporáneos del Profeta —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz— deseaban más, pero es aplicable a todo aquello que el hombre puede desear en cualquier época y en cualquier lugar.
15. Di (¡oh, Muhammad!, a la gente): “¿(Quieren que) les informe de algo mejor que eso (los bienes terrenales)? Quienes teman a su Señor tendrán junto a Él jardines por los cuales corren ríos y donde vivirán eternamente. Y tendrán esposas purificadas y la complacencia de Al-lah”. Y Al-lah ve todo lo que hacen Sus siervos.
17. (esos son) los pacientes, los sinceros (en la fe y en sus acciones), los obedientes (que cumplen todo lo que Al-lah les ordena sometiéndose a Su voluntad), los caritativos y quienes piden perdón a Al-lah antes del amanecer.
18. Al-lah da testimonio, así como los ángeles y quienes han sido dotados de conocimiento, de que no hay más divinidad verdadera que Él y de que actúa con justicia. Nada ni nadie merece ser adorado excepto Él, el Poderoso, el Sabio.
19. La única religión (verdadera) para Al-lah es el Islam; y quienes recibieron las Escrituras (los judíos y los cristianos) no discreparon hasta después de haberles llegado el conocimiento, por enemistad y envidias entre ellos. Y quien rechace las aleyas de Al-lah (y no crea en las pruebas de Su unicidad), (que sepa que) Al-lah es rápido en la retribución del castigo.
20. Y si te discuten (acerca de la religión), diles (¡oh, Muhammad!): “Yo y quienes me siguen nos hemos sometido completamente a Al-lah (adorándolo solo a Él)”. Y diles a quienes recibieron las Escrituras (los judíos y los cristianos) y a los iletrados (los idólatras de entre los árabes): “¿No se someterán ustedes también (aceptado el Islam)?”. Si se someten aceptando el Islam, estarán en el buen camino; pero si le dan la espalda (rendirán cuentas a Al-lah por ello). Y a ti solo te corresponde transmitirles el mensaje (de Al-lah). Y Al-lah ve todo lo que hacen Sus siervos.
21. A quienes no creen en las pruebas y aleyas de Al-lah y matan a los profetas sin derecho alguno, y matan a quienes luchan por la justician entre los hombres, anúnciales que tendrán un doloroso castigo.
23. ¿No has reparado (¡oh, Muhammad!) en aquellos a quienes concedimos una parte de las Escrituras (los judíos)? Se los llama a seguir el Libro[98] de Al-lah para que juzguen entre ellos (según su contenido) y, no obstante, un grupo de ellos le da la espalda oponiéndose a él.
[98] Puede hacer referencia al Corán, y en este caso los judíos estarían siendo llamados a aceptar el Islam; o también puede hacer referencia a sus propias Escrituras, la Torá, ya que no la ponían en práctica y no juzgaban a los suyos según la ley que Al-lah les había revelado.
24. Eso se debe a que dicen: “El fuego del Infierno no nos tocará, salvo por unos días contados”, y se dejan engañar por lo que ellos mismos han inventado acerca de su religión[99].
[99] Los judíos se engañaban a ellos mismos al creer que no serían castigados porque se consideraban el pueblo escogido o favorito de Al-lah.
25. ¿Y cuál será su situación cuando los reunamos (para ser juzgados) el día sobre el cual no hay duda (el Día de la Resurrección) y cada uno sea plenamente retribuido según las acciones que realizó? Y nadie será tratado injustamente.
26. Di: “¡Oh, Al-lah! ¡Dueño del poder supremo!, concedes el poder a quien quieres y se lo arrebatas a quien quieres. Exaltas a quien quieres y humillas a quien quieres. El bien está en Tus manos[100]. Tú eres Todopoderoso.
[100] Ver la segunda nota de la aleya 115 de la sura 2.
27. Haces que la noche penetre en el día y el día en la noche (haciendo variar la duración de ambos a lo largo del año). Haces surgir lo vivo de lo muerto y lo muerto de lo vivo, y provees a quien quieres sin límite alguno”.
28. Los creyentes no deben tomar por protectores y aliados, ni conceder apoyo, a quienes rechazan la verdad en lugar de a los creyentes. Y quien lo haga no recibirá, en modo alguno, la ayuda de Al-lah, a menos que sea para preservar la vida. Y Al-lah les advierte acerca de Él (y de Su castigo), y a Él es el retorno (el Día de la Resurrección).
29. Diles (a los creyentes, ¡oh, Muhammad!): “Al-lah conoce tanto lo que ocultan en sus corazones como lo que manifiestan. Conoce cuanto hay en los cielos y en la tierra, y Él es Todopoderoso”.
30. El día en que cada uno encuentre ante sí las buenas y malas acciones que llevó a cabo (en la vida terrenal) deseará que haya una gran distancia entre él y todo lo malo que realizó. Y Al-lah les advierte acerca de Él (y de Su castigo). Y Al-lah es Compasivo con Sus siervos.
31. Di (a la gente, ¡oh, Muhammad!): “Si de verdad aman a Al-lah, síganme y Al-lah los amará y perdonará sus pecados. Y Al-lah es Indulgente y Misericordioso”.
33. Ciertamente, Al-lah escogió a Adán, a Noé, a la familia de Abraham y a la de ‘Imran entre todos los pueblos (para que de ellos surgiesen y se sucediesen los profetas);
35. Y (recuerda, ¡oh, Muhammad!,) cuando la mujer de ‘Imran dijo: “¡Señor!, he hecho el voto de consagrar a Tu servicio lo que llevo en mi vientre; acéptalo, pues. Ciertamente, Tú eres el Oyente (de todas las cosas), el Omnisciente”.
36. Y cuando hubo dado a luz, dijo: “¡Señor!, he dado a luz a una niña —y Al-lah bien sabía lo que había dado a luz— y el varón (que esperaba tener) no es como la hembra (que he tenido para consagrarla a Tu servicio en el templo). Le he puesto por nombre María, y busco refugio en Ti para ella y para su descendencia del Demonio, el expulsado”.
37. Y su Señor la aceptó de buen grado e hizo que creciera bien[101], y se la encomendó a Zacarías para que fuera su tutor. Cada vez que Zacarías entraba en el oratorio donde ella se hallaba, encontraba alimentos junto a ella. Le decía: “¡María!, ¿de dónde proviene esto?”, ella contestaba: “Proviene de Al-lah. En verdad, Al-lah provee de sustento a quien quiere sin límite alguno”.
[101] Al-lah la dotó de un aspecto agradable para que fuese rápidamente aceptada por quien sería su tutor.
39. Y los ángeles lo llamaron cuando estaba rezando en el oratorio (y le dijeron): “Al-lah te anuncia la buena noticia de (tu hijo) Juan, quien creerá en Jesús, creado a partir de la palabra de Al-lah ‘sé’, y será noble, sabio y casto, y un Profeta recto y virtuoso”.
40. Zacarías dijo: “¡Señor!, ¿cómo podré tener un hijo cuando he alcanzado la vejez y mi mujer es estéril?”. Dijo (Al-lah a través del ángel): “Así será, pues Al-lah hace lo que quiere”.
41. (Zacarías) dijo: “¡Señor!, dame una señal (como prueba de ello)”. Respondió (Al-lah a través del ángel): “La señal será que no podrás hablar a la gente durante tres días, salvo por señas. Y menciona mucho a Al-lah y glorifícalo rezándole al final y al comienzo del día”.
42. Y (recuerda) cuando los ángeles dijeron (a María): “¡María!, Al-lah te ha escogido, te ha purificado, y te ha elegido a ti entre las mujeres de todos los pueblos.
44. Estas son historias que desconocías (¡oh, Muhammad!) y que te revelamos. Y no estabas presente cuando echaban a suertes quién tutelaría a María ni eras testigo de cuando discutían (al respecto).
45. Y (recuerda) cuando los ángeles dijeron: “¡María!, Al-lah te anuncia la buena nueva de (un hijo creado a partir de) una palabra Suya (‘sé’), de nombre el Mesías[102], Jesús, hijo de María. Será ensalzado con honor en esta vida y en la otra, y estará entre los próximos (a Al-lah).
[102] La palabra “Mesías” en árabe es Masih y proviene del verbo masaha, que significa “tocar” o “masajear”. Al parecer, Jesús—la paz de Al-lah esté con él— era llamado así porque cuando tocaba a una persona afectada por una enfermedad, esta se curaba con el consentimiento de Al-lah.
47. (Ella) dijo: “¡Señor!, ¿cómo podré tener un hijo siendo que ningún hombre me ha tocado?”. Contestó (Al-lah a través del ángel): “Así será, pues Al-lah crea lo que quiere. Cuando decreta algo, le basta con decir ‘sé’ y es.
49. Y será un Mensajero para los hijos de Israel (y les dirá:) ‘He venido a ustedes con una prueba de su Señor (sobre mi veracidad): moldearé para ustedes, a partir del barro, una figura semejante a un pájaro, soplaré en ella y se convertirá en un pájaro de verdad con el permiso de Al-lah. Curaré al ciego de nacimiento y al leproso, y resucitaré a los muertos con el permiso de Al-lah. Y les informaré acerca de lo que comen y almacenan en sus hogares. Ciertamente, en ello tienen una prueba (de mi veracidad) si, en verdad, son creyentes.
50. Y vengo para confirmar (las enseñanzas originales de) la Torá y para hacer lícitas algunas de las cosas que se les habían prohibido. Y he venido a ustedes con una prueba de su Señor. ¡Teman, pues, a Al-lah y obedézcanme!
52. Y cuando Jesús sintió que rechazarían la verdad, dijo: “¿Quién me apoyará en la causa de Al-lah?”. Sus discípulos dijeron: “Nosotros te apoyaremos en la causa de Al-lah. Creemos en Al-lah, y sé testigo de que nos sometemos a Él”.
53. (Y dijeron:) “¡Señor!, creemos en lo que nos has revelado (el Evangelio) y seguimos al Mensajero (Jesús); inscríbenos, pues, entre quienes dan fe (de la verdad)”.
54. Y (los judíos) tramaron (un plan para matar a Jesús), pero Al-lah también tramó (un plan para salvarlo[103]), y Al-lah es el mejor planeando.
[103] Según la creencia islámica, Jesús —la paz de Al-lah esté con él— no murió en la cruz, sino que Al-lah lo salvó ascendiéndolo en vida hacia Él, y crucificaron en su lugar a otro hombre que guardaba un gran parecido con él, de manera que los judíos pensaron que Jesús —la paz de Al-lah esté con él— había muerto realmente.
55. Y (recuerda) cuando Al-lah dijo: “¡Jesús!, te tomaré (mientras duermes) y haré que asciendas hacia Mí (en cuerpo y alma), y te salvaré de quienes no creen (en ti). Y haré que tus seguidores (que se mantengan firmes en la adoración exclusiva a Al-lah, sin desviarse) estén por encima de quienes rechazan la verdad hasta el Día de la Resurrección. Después regresarán a Mí y los juzgaré sobre aquello en lo que discrepaban.
58. Esto que te contamos (¡oh, Muhammad!) son claras evidencias[104] (de la veracidad de tu mensaje) y de la veracidad de la sabia exhortación de Al-lah (el Corán).
[104] También puede entenderse: “Esto que te contamos (¡oh, Muhammad!) es uno de los milagros de Al-lah y parte de Su sabia exhortación (el Corán)”.
61. Y si (quienes rechazan la verdad) te discuten[106] sobre (Jesús) tras el conocimiento que has recibido, diles: “¡Vengan! Llamemos a nuestros hijos y a los suyos, a nuestras mujeres y a las suyas, y (estemos presentes) todos nosotros. Después recemos con sinceridad invocando a Al-lah para que expulse de Su misericordia a quienes mientan”.
[106] Se trata de quienes discuten por discutir, sin pretender averiguar la verdad y buscando crear polémica, ya que el Islam invita a los cristianos y judíos a dialogar con los musulmanes para llegar a un acuerdo (ver la aleya 64 de esta misma sura).
64. Diles (a los judíos y a los cristianos, ¡oh, Muhammad!): ¡Ustedes que recibieron las Escrituras!, lleguemos a un acuerdo justo al que nos comprometamos ambas partes: No adoraremos sino a Al-lah ni Lo equipararemos con nadie en Su adoración, ni obedeceremos a otros por encima de Al-lah contradiciendo Sus mandatos”. Y si dan la espalda (a esta invitación), díganles: "Sean testigos de que nosotros nos sometemos (sinceramente a la voluntad de Al-lah)”.
65. (Diles:) “¡Ustedes que recibieron las Escrituras!, ¿por qué nos discuten sobre Abraham[107] si la Torá y el Evangelio no fueron revelados hasta después de él? ¿Es que no razonan?
[107] Los judíos decían que Abraham era judío como ellos y los cristianos decían que era cristiano, cuando en tiempos de Abraham aún no había ni judíos ni cristianos porque todavía no habían sido revelados la Torá ni el Evangelio.
66. “Ustedes son quienes discutieron con anterioridad (con Muhammad) sobre lo que conocían (con respecto a su propia religión), ¿por qué discuten ahora acerca de lo que no saben (sobre el tema de Abraham)? Al-lah sabe (la verdad sobre lo que disputan), mientras que ustedes no saben”.
68. En verdad, quienes tienen más derecho a considerar a Abraham de los suyos son quienes creyeron en él y lo siguieron (adorando solamente a Al-lah con sinceridad), así como este Profeta (Muhammad) y quienes creen (en él). Y Al-lah es el Protector de los creyentes.
70. ¡Ustedes que recibieron las Escrituras!, ¿por qué desmienten la revelación de Al-lah (y lo que reveló en sus Libros acerca del Profeta Muhammad) cuando saben que es la verdad?
72. Un grupo de entre los judíos dicen (entre ellos): “Crean por la mañana en lo que ha sido revelado a los creyentes (que siguen a Muhammad) y rechácenlo al final del día para que ellos regresen a su antigua religión (tras confundirlos con su acción).
73. Y crean solo en quienes siguen la religión de ustedes”. Diles (¡oh, Muhammad!): “La guía verdadera es la de Al-lah”. (Y dicen:) “No revelen el conocimiento que han recibido para que nadie sea bendecido como ustedes y para que no lo utilicen como argumento en su contra ante su Señor (el Día de la Resurrección)”. Diles (¡oh, Muhammad!): “El favor está en las manos de Al-lah, y Él lo dispensa a quien quiere. El favor de Al-lah es inmenso, y Él tiene conocimiento sobre todas las cosas”.
75. Y entre los judíos hay quienes, si les confías una gran suma de dinero, te la devuelven enseguida; y hay quienes, si les confías una sola moneda, no te la devuelven a no ser que la reclames con insistencia. Ello se debe a que dicen: “No nos pasará nada por lo que les hagamos a los iletrados[108] (de los árabes)”, e inventan mentiras contra Al-lah a sabiendas.
[108] Los judíos despreciaban a los gentiles, es decir, a cualquier persona que no fuera judía como ellos, y se creían superiores a los demás en todos los aspectos, llegando a considerarlos por debajo de la condición humana. Este desprecio está presente en muchos pasajes del Talmud, obra que recoge principalmente las discusiones rabínicas sobre leyes judías, tradiciones, costumbres, etc., y que constituye la interpretación orgánica de la Torá.
77. Quienes vendan sus compromisos con Al-lah y sus juramentos por un vil beneficio no obtendrán su parte de recompensa en la otra vida, ni les hablará Al-lah ni los mirará el Día de la Resurrección (con misericordia), no los purificará (de sus pecados) y tendrán un doloroso castigo.
78. Y entre los judíos hay grupos que tergiversan la palabra de Al-lah cuando recitan las Escrituras (la Torá) para que piensen que (lo que dicen) es parte de la revelación, cuando no lo es; y dicen que procede de Al-lah, cuando no procede de Al-lah, y atribuyen mentiras a Al-lah a sabiendas.
79. No es posible que un hombre, al que Al-lah le haya concedido una Escritura Sagrada y sabiduría (entendimiento sobre la religión y sus preceptos) y lo haya hecho Profeta, diga a su gente: “Adórenme a mí en vez de a Al-lah”; más bien les diría: “Sean divulgadores sabios y rectos de la religión de Al-lah, puesto que enseñan Su revelación y la estudian”.
80. Y no les ordenaría tomar a los ángeles y a los profetas como divinidades. ¡¿Cómo podría ordenarles la incredulidad después de su sometimiento y sumisión a Al-lah?!
81. Y (recuerda a tu pueblo) cuando Al-lah estableció un pacto con los profetas (y les dijo): “Les concedo Escrituras y sabiduría (entendimiento de la religión y de sus preceptos); mas, si les llega un Profeta (Muhammad) confirmando lo que tienen, creerán en él y lo apoyarán. ¿Están de acuerdo y aceptan el pacto?” Respondieron: “Estamos de acuerdo”. Dijo Al-lah: “Sean testigos (de ello), y Yo también soy testigo junto con ustedes”.
82. Y quienes (aleguen seguir a sus profetas, como los judíos y los cristianos, y) le den la espalda (a Muhammad) después del pacto (que establecieron los profetas con Al-lah acerca de creer y apoyar a Su Mensajero), esos serán los rebeldes.
83. ¿Acaso desean una religión distinta a la de Al-lah, cuando a Él se someten todas las criaturas que hay en los cielos y en la tierra, voluntariamente o a la fuerza, y todos han de regresar a Él?
84. Diles (¡oh, Muhammad!): “Creemos en Al-lah y en lo que nos ha revelado, así como en lo que reveló a Abraham, a Ismael, a Isaac, a Jacob y a las tribus (de Israel); (creemos) en lo que Moisés, Jesús y (todos) los profetas recibieron de su Señor. No hacemos ninguna diferencia entre ellos (los aceptamos a todos por igual) y nos sometemos completamente a Él”.
85. Y quien siga una religión distinta al Islam no le será aceptada[109] y, en la otra vida, estará entre los perdedores.
[109] El Profeta Muhammad —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz— ha sido el único Profeta enviado a toda la humanidad de todos los tiempos, por ser el último Mensajero de Al-lah. Los profetas anteriores fueron enviados a pueblos concretos, bien para recordarles su religión primigenia o inclinación natural (fitrah) con la que Al-lah creó al hombre –basada en la adoración pura y exclusiva a Al-lah– o bien para traerles nuevas revelaciones con el mismo mensaje de la unicidad de Al-lah y de la llegada del Día de la Resurrección, mas con leyes distintas adaptadas a momentos y a pueblos concretos. Los hombres que siguieron la fitrah y las enseñanzas de sus profetas sin desviarse de la verdad se consideran musulmanes, ya que se sometieron a la voluntad de Al-lah. Tras la aparición del Profeta Muhammad —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz—, todo hombre que tenga noticias sobre el Islam tiene la obligación de abrazar esta religión y de seguir el contenido del Corán, puesto que es la única Revelación que no ha sido alterada por el hombre y prevalece sobre todas las demás. Hay varios dichos del Profeta —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz— que tratan sobre cuatro tipos de personas que el Día de la Resurrección se excusarán ante Al-lah por no haber seguido el Islam: quienes no pudieron escuchar el mensaje, los discapacitados mentales, las personas seniles y quienes murieron siguiendo la fitrah. Al-lah pondrá a prueba su sinceridad y librará a algunos del castigo del fuego, mientras que otros caerán en él.
86. ¿Cómo puede Al-lah guiar a un pueblo que ha rechazado la verdad después de haber creído en ella y que había dado fe sobre la veracidad del Mensajero (Muhammad) tras haber recibido pruebas evidentes? Y Al-lah no guía a los injustos que rechazan la verdad.
89. Salvo quienes se arrepientan después (de haber rechazado la verdad) y se enmienden (siguiendo el Islam), pues Al-lah es Indulgente y Misericordioso.
90. No se aceptará el arrepentimiento de quienes rechacen la verdad tras haber creído en ella y persistan en la incredulidad[110] (hasta el momento de su muerte); y esos serán los extraviados.
[110] Otra interpretación posible es: “No se aceptará el arrepentimiento de quienes hayan negado a Jesús después de haber creído en Moisés y desmientan luego a Muhammad”.
91. Ciertamente, no se aceptará el arrepentimiento de quienes rechacen la verdad (y nieguen que Muhammad sea un Profeta) y mueran en dicho estado de incredulidad, aunque ofrecieran todo el oro que hubiese en la tierra para librarse del castigo. Esos recibirán un castigo doloroso y no tendrán quiénes los auxilien.
92. No alcanzarán (la recompensa de) la piedad (el Paraíso) hasta que den en caridad parte de los bienes que aman. Y todo lo que den es del conocimiento de Al-lah.
93. Todos los alimentos eran lícitos para los hijos de Israel, excepto lo que el propio Israel (Jacob) prohibió para sí antes de que la Torá fuera revelada. Diles (¡oh, Muhammad!): “Traigan la Torá y léanla[111] si son veraces (cuando dicen que fue Al-lah quien le prohibió tales alimentos)”.
[111] La Torá demuestra que todos los alimentos eran lícitos para los judíos antes de su revelación y que Al-lah les prohibió después varios alimentos como castigo, debido a su iniquidad y transgresión. Si Jacob se prohibió a sí mismo la carne de camello y su leche antes de la revelación de la Torá, fue para cumplir la promesa que Le hizo a Al-lah cuando estaba muy enfermo, de dejar de tomar los mejores alimentos existentes si Él lo curaba de su afección. Aunque este tipo de votos o promesas no son recomendables actualmente, eran prácticas comunes entonces y completamente lícitas.
95. Di (¡oh, Muhammad!): “Al-lah ha dicho la verdad”. Seguid, pues, la religión de Abraham, quien adoraba a Al-lah con pura sumisión y exclusividad, y no era un idólatra.
96. En verdad, la primera casa de oración erigida para que los hombres adoraran a Al-lah es (la Kaaba) en La Meca, un lugar bendecido y guía para todos los pueblos.
97. Allí hay claros signos (de que Abraham la construyó y de que Al-lah la honró y bendijo), como la roca sobre la que Abraham se alzaba para construir la Kaaba. Y quien entre en La Meca estará a salvo (pues es un lugar sagrado). Y es una obligación de los hombres para con Al-lah el peregrinaje a la Kaaba, si disponen de la salud y de los medios necesarios. Y quien rechace la verdad (y niegue la necesidad de realizar el peregrinaje y no lo realice, a pesar de contar con los medios para hacerlo, habrá caído en la incredulidad); y Al-lah no tiene necesidad de ningún ser de Su creación.
98. Diles (a los judíos y cristianos, ¡oh, Muhammad!): “¡Ustedes que recibieron las Escrituras!, ¿por qué niegan las aleyas de Al-lah (y las pruebas sobre la veracidad de Su religión) cuando Al-lah es testigo de lo que hacen?”.
99. Diles: “¡Ustedes que recibieron las Escrituras!, ¿por qué intentan apartar al creyente del camino de Al-lah haciendo que parezca tortuoso cuando ustedes mismos son testigos (de que es el camino verdadero)? Y Al-lah no deja pasar por alto lo que hacen”.
100. ¡Oh, creyentes!, si obedeces a un grupo de quienes recibieron las Escrituras, harán que vuelvan a la incredulidad después de haber aceptado la fe.
101. ¿Y cómo pueden negar la verdad cuando se les recitan las aleyas de Al-lah y tienen entre ustedes a Su Profeta? Y quien se aferre fuertemente a Al-lah habrá sido guiado hacia el camino recto.
103. Y aférrense todos juntos a la religión[112] de Al-lah y no se dividan. Y recuerden la gracia de Al-lah sobre ustedes al hermanarlos en la religión uniendo sus corazones, cuando antes (del Islam) eran enemigos los unos de los otros y estaban al borde del abismo del fuego, y los salvó de él (guiándolos hacia la fe). Así es como Al-lah les aclara Su revelación para que puedan guiarse.
[112] Literalmente dice: “Y aférrense todos a la cuerda de Al-lah”, que aquí significa Su religión, o el Corán o Su Profeta.
104. Y que de entre ustedes surja un grupo de hombres que inviten a la rectitud, que ordenen el bien (que manda el Islam) y prohíban el mal (que este condena). Esos serán los triunfadores.
105. Y no sean como quienes se dividieron y discreparon entre sí (los judíos y los cristianos) tras haber recibido pruebas evidentes. Esos tendrán un terrible castigo
106. el Día (de la Resurrección), (día) en el que algunos rostros aparecerán iluminados y otros ensombrecidos. A aquellos de rostros ensombrecidos (se les dirá): “¿Negaron la fe después de haber creído? Sufran el castigo por haberla negado”.
110. Ustedes (que creen y siguen a Muhammad) son la mejor comunidad que haya surgido nunca en beneficio de los hombres; ordenan el bien, prohíben el mal y creen en Al-lah. Y si los judíos y cristianos creyeran, sería mejor para ellos; algunos creen (en Al-lah y en lo que ha revelado a Muhammad), pero la mayoría de ellos son rebeldes.
111. (Esos rebeldes) no podrán perjudicarlos en nada, salvo causarles algunas molestias (principalmente de palabra). Y si lucharan contra ustedes, se retirarían (derrotados) y no serían socorridos.
112. La humillación se abatirá sobre ellos allí donde se encuentren, a menos que reciban un pacto (de protección) de Al-lah[113] o de los hombres, pues han incurrido en la ira de Al-lah y se abatirá sobre ellos la miseria. Será así porque negaron las revelaciones (y pruebas) de Al-lah y asesinaron injustamente a los profetas, porque desobedecieron y traspasaron los límites.
[113] El pacto de Al-lah al que hace referencia es el de pagar un impuesto (o yizia) al estado musulmán para vivir amparados bajo la ley del Islam y poder seguir practicando su propia religión.
113. No son todos iguales. Entre los judíos y cristianos hay un grupo de hombres rectos que recitan las aleyas de Al-lah[114] durante la noche y se postran ante Él (en sus rezos).
[114] Ese grupo de hombres rectos lo forman quienes reconocen la verdad y la siguen. La aleya fue revelada con motivo de un grupo de judíos que aceptaron el Islam cuando supieron de él y por eso recitaban el Corán.
114. Creen en Al-lah y en el Día de la Resurrección, ordenan el bien y prohíben el mal y se apresuran a realizar buenas acciones. Esos son de los rectos y virtuosos.
116. A quienes rechazan la verdad, de nada les servirán sus bienes ni sus hijos frente a Al-lah. Esos serán los habitantes del fuego, y allí permanecerán eternamente.
117. La caridad que dan en esta vida (quienes rechazan la verdad) se asemeja a un campo de cultivo, de unas gentes incrédulas y pecadoras, que es arrasado completamente por un viento helado[115]. Y Al-lah no fue injusto con ellos, sino que ellos fueron injustos consigo mismos (debido a su incredulidad y a sus pecados).
[115] Del mismo modo que el viento arrasa el campo y priva a sus dueños de todo beneficio, la caridad que entregan quienes rechazan la verdad no obtendrá su recompensa en la otra vida y no les habrá sido de ninguna utilidad.
118. ¡Oh, creyentes!, no tomen por consejeros y hombres de confianza a quienes no sean musulmanes; (de lo contrario) no cederán en su empeño de corromperlos y desearán perjudicarlos severamente. El odio que sienten (hacia ustedes) se refleja en lo que dicen, mas lo que esconden en sus corazones es todavía peor. Les hemos mostrado las pruebas (de su enemistad), (no los tomen, pues, por aliados) si es que razonan.
119. Ustedes los aprecian, pero ellos no los aprecian; y ustedes creen en todas las revelaciones de Al-lah, pero ellos no creen en la de ustedes. Si se encuentran con ustedes, dicen: “Creemos”; pero si se quedan a solas entre ellos, se muerden los dedos de rabia. Diles (¡oh, Muhammad!): “¡Muéranse de rabia! En verdad, Al-lah conoce lo que encierran sus corazones”.
120. Si les sucede algo bueno, se afligen; pero si les sucede algo malo, se alegran. Mas si son pacientes y temen a Al-lah, lo que tramen contra ustedes no los perjudicará en lo más mínimo. Realmente, el conocimiento de Al-lah abarca todo lo que hacen.
121. Y (recuerda, ¡oh, Muhammad!) cuando saliste de tu hogar por la madrugada para asignar a los creyentes sus puestos en la batalla (de Uhud[116]). Y Al-lah todo lo oye y todo lo sabe.
[116] La batalla de Uhud es la segunda gran batalla del Islam y tuvo lugar el tercer año de la Hégira en el monte Uhud, situado a unos cinco kilómetros de la ciudad de Medina. Tras la pérdida que los incrédulos de La Meca sufrieron en Badr, estos prepararon una ofensiva para vengarse de los musulmanes, para lo que reunieron un ejército de unos 3.000 hombres. Los musulmanes salieron a su encuentro con un ejército de 1.000 hombres, aunque los hipócritas de la ciudad preferían quedarse en Medina y no estaban de acuerdo con la decisión del Profeta —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz—. Uno de los hipócritas regresó a la ciudad con una tercera parte del ejército antes de llegar a Uhud, molesto con el Profeta —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz— por no haber tenido en cuenta su opinión de no salir al encuentro de los incrédulos de La Meca. Posteriormente, él y sus seguidores se excusarían diciendo que no sabían que ese día iban a luchar y que por esa razón regresaron a Medina. La batalla supuso un gran revés para los musulmanes que padecieron las consecuencias de desobedecer las órdenes del Profeta Muhammad —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz—, ya que los arqueros, quienes protegían al resto de los combatientes musulmanes desde lo alto del monte, abandonaron sus puestos para tomar el botín pese a la prohibición del Profeta —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz— y fueron sorprendidos por detrás, de manera que perdieron una batalla que tenían prácticamente ganada.
122. (Recuerda) cuando dos grupos de entre ustedes estuvieron a punto de flaquear[117], a pesar de que Al-lah era el Protector de ambos. Y en Al-lah depositan su confianza los creyentes.
[117] Se refiere a dos tribus de entre los musulmanes que tuvieron miedo del enemigo y pensaron en retirarse y regresar a la ciudad como habían hecho los hipócritas.
123. Y, ciertamente, Al-lah los ayudó en (la batalla de) Badr y les concedió la victoria cuando estaban en inferioridad de condiciones. Teman, pues, a Al-lah, (obedeciéndolo en lo que les ordena) para que sean agradecidos.
125. Y si son pacientes y temen (a Al-lah), y (los incrédulos de La Meca) los atacan por sorpresa, su Señor los reforzará con cinco mil ángeles que portarán señales distintivas”.
126. Y Al-lah hizo que (ese refuerzo) fuese una buena noticia para animarlos y tranquilizar sus corazones. Y la victoria proviene solo de Al-lah, el Poderoso, el Sabio.
127. (Y la victoria de Al-lah en Badr) fue para acabar con un grupo de quienes rechazaban la verdad o para humillarlos (con la derrota) y hacer que se retirasen frustrados.
128. No te concierne a ti (¡oh, Muhammad!) lo que les suceda, tanto si (Al-lah) los perdona como si los castiga, pues son injustos por negar la verdad.
129. Y a Al-lah pertenece cuanto existe en los cielos y en la tierra. Perdona a quien quiere y castiga a quien quiere. Y Al-lah es Indulgente y Misericordioso.
135. Esos que, si cometen una inmoralidad y se perjudican a sí mismos (cometiendo acciones reprobables), recuerdan a Al-lah y Le piden perdón por sus pecados —¡¿Y quién sino Al-lah perdona los pecados?!—, y no reinciden en sus (malas) acciones a sabiendas.
136. Recibirán como recompensa el perdón de su Señor y jardines por los cuales corren ríos, donde vivirán eternamente. ¡Y qué excelente recompensa para quienes actúan bien!
137. Y, ciertamente, otras naciones que pasaron antes de ustedes sufrieron también (pérdidas y pruebas como las que han pasado en Uhud, mas la derrota final será para quienes rechacen la verdad). ¡Recorran la tierra y observen cuál fue el final de quienes no creyeron (en Al-lah ni en Sus mensajeros)!
139. Así pues, no se desalienten ni se entristezcan por lo sucedido (en la batalla de Uhud), pues serán ustedes finalmente los triunfadores, si en verdad son creyentes.
140. Si (ustedes) han sufrido un duro golpe (en Uhud), también lo sufrieron ellos (al perder en Badr). Y así alternamos el triunfo y la derrota entre los hombres, para que Al-lah ponga a prueba a los creyentes y tome a mártires de entre ustedes. Y Al-lah no ama a los injustos que rechazan la verdad.
142. ¿O acaso pensaron que entrarían al Paraíso sin que Al-lah evidenciara quiénes combaten por Su causa y quiénes son los pacientes (en la adversidad)?
143. Y, realmente, desearon morir en combate (para ser mártires) antes de encontrase con la muerte (en la batalla). Ahora la han visto (como deseaban y pedían) delante de ustedes, (¡luchen, pues, y sean pacientes!).
144. Muhammad no es más que un Mensajero, y hubo otros antes de él. ¿Acaso si muriera o lo mataran darían la espalda a la verdad (volviendo a la incredulidad)? Y quien eso hiciera no perjudicaría en nada a Al-lah. Y Al-lah recompensará a los agradecidos (que se mantienen firmes en su fe).
145. Y nadie puede morir a no ser que sea con el consentimiento de Al-lah y en el momento que Él ha decretado. Quien quiera una recompensa en esta vida la obtendrá, y quien quiera una recompensa en la otra vida la obtendrá. Y recompensaremos a los agradecidos.
146. ¡Y cuántos profetas lucharon en compañía de sus seguidores, y estos no se acobardaron a pesar de todo lo que padecieron en la causa de Al-lah, ni flaquearon ni se rindieron! Y Al-lah ama a los pacientes.
147. Y sus únicas palabras (ante las adversidades) eran: “¡Señor, perdona nuestros pecados y transgresiones, haz que nos mantengamos firmes y concédenos la victoria sobre quienes rechazan la verdad!”.
149. ¡Oh, creyentes!, si obedecen a quienes rechazan la verdad, (ellos) harán que (ustedes) regresen a la incredulidad y que se conviertan en perdedores.
151. Infundiremos temor en los corazones de quienes rechazan la verdad por adorar a otros además de a Al-lah sin haber recibido ninguna autorización para hacerlo. Habitarán en el fuego, ¡y qué pésima morada la de los injustos!
152. Y Al-lah cumplió la promesa que les hizo (al comienzo de la batalla de Uhud) cuando, con Su consentimiento, mataban y vencían a sus enemigos; hasta que flaquearon y comenzaron a discutir la orden (de no abandonar bajo ningún concepto su posición en la batalla), y desobedecieron cuando (Al-lah) les mostró (el botín y la victoria) que deseaban. Algunos de entre ustedes desean (los bienes de) la vida terrenal, y otros desean la (recompensa de la) eterna. Entonces Él hizo que (los vencieran y) huyeran de ellos para ponerlos a prueba. Pero, ciertamente, los ha perdonado (al saber de su arrepentimiento por haber desobedecido). Y el favor de Al-lah con los creyentes es inmenso.
153. (Y recuerden) cuando huían sin reparar en nadie y el Mensajero los llamaba por detrás para (que regresaran al combate). Entonces (Al-lah) los sumió en un gran pesar (el de la derrota) seguido de otro pesar (el rumor sobre la muerte del Profeta) para que no se afligieran por (el botín y la victoria) que habían perdido y por (las bajas) que habían padecido. Y Al-lah está bien informado de lo que hacen.
154. Después de la aflicción, (Al-lah) hizo descender sobre ustedes un sentimiento de seguridad, y la somnolencia se apoderó de un grupo de ustedes, mientras que otros se preocupaban solo de ellos mismos y pensaban erróneamente sobre Al-lah, con pensamientos propios de la época de la ignorancia (previa al Islam). Decían (arrepentidos de haber salido a combatir): “Si hubiese sido por nosotros, no habríamos salido a combatir”. Diles (¡oh, Muhammad!): “A Al-lah pertenece la decisión sobre todos los asuntos (Él es Quien decretó su salida para luchar y lo que sucedió en la batalla)”. Ocultaban en su interior lo que no se atrevían a revelarte. Decían: “Si hubiésemos podido decidir sobre el asunto (de luchar), nadie habría muerto aquí”. Diles (¡oh, Muhammad!): “Si hubiesen permanecido en sus hogares, aquellos a quienes la muerte les había sido decretada habrían salido para morir allí donde esta los esperaba”. Y (todo ello sucedió) para ponerlos a prueba (y distinguir al creyente del hipócrita) y para purificar sus corazones. Y Al-lah conoce bien lo que albergan en su interior.
155. Aquellos que de ustedes huyeron (de la batalla) el día en que se enfrentaron los dos ejércitos (el de los creyentes y el de los idólatras en Uhud) se dejaron llevar por el Demonio debido a los (pecados) que habían cometido. Pero, ciertamente, Al-lah los ha perdonado. Al-lah es Indulgente y Tolerante.
156. ¡Oh, creyentes!, no sean como quienes rechazan la verdad y decían acerca de los suyos (que habían perecido) al salir de viaje o a combatir: “Si se hubiesen quedado con nosotros, no habrían muerto ni los habrían matado”. Al-lah hará que (esas palabras) sean un motivo de aflicción en sus corazones. Y Al-lah da la vida y la muerte y ve todo lo que hacen.
157. Y si los matan o mueren luchando por la causa de Al-lah, Él perdonará sus pecados y les concederá Su misericordia; y eso es mucho mejor que todos los bienes que puedan acumular (quienes aman la vida terrenal).
159. Y trataste (a tus compañeros y seguidores) con gentileza por la misericordia de Al-lah. Si hubieras sido severo y duro de corazón con ellos, se habrían alejado de ti (¡oh, Muhammad!). Discúlpalos y pide perdón (a Al-lah) por ellos; y consulta su opinión en los temas (que lo requieran antes de tomar una decisión). Y cuando hayas tomado una decisión, encomiéndate a Al-lah. Ciertamente, Al-lah ama a quienes confían en Él.
160. Si Al-lah los auxilia, nadie podrá venceros; mas, si los abandona, ¿quién podrá auxiliarlos fuera de Él? ¡Y que los creyentes se encomienden (solo) a Al-lah!
161. No es propio de un Profeta tomar una parte del botín de manera ilegal[118]. Y quien lo haga deberá comparecer el Día de la Resurrección con lo que tomó. Después todos recibirán la retribución que sus acciones hayan merecido y nadie será tratado con injusticia.
[118] Esta aleya fue revelada en relación a un episodio que sucedió tras la batalla de Badr, cuando desapareció del botín una túnica aterciopelada de color rojo y circuló el rumor de que el Profeta —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz— podía haberla tomado.
164. Ciertamente, Al-lah ha concedido un gran favor a los creyentes enviándoles un Mensajero de entre ellos que les recita Sus aleyas, los purifica (ordenándoles buenas acciones y prohibiéndoles lo que los perjudica) y les enseña el Libro (el Corán) y la sabiduría (entendimiento de la religión), cuando antes estaban en un claro extravío.
165. ¿Por qué cuando sufren una adversidad (la derrota en Uhud), a pesar de que ustedes habían infligido antes (al enemigo) el doble de daños (en Badr entre muertos y prisioneros), se preguntan por su causa? Diles (¡oh, Muhammad!): “Ustedes son la causa (por haber desobedecido las órdenes del Profeta de no abandonar sus puestos)”. Ciertamente, Al-lah es Todopoderoso.
166. Y la (desgracia) que les sobrevino el día en que se enfrentaron los dos ejércitos (en Uhud) fue con el permiso de Al-lah, para que se evidenciara quiénes eran los (verdaderos) creyentes (tras ponerlos a prueba)
167. y para que se evidenciara quiénes eran los hipócritas. Se les dijo: “Vengan y combatan por la causa de Al-lah o defiéndanse (al menos)”. (Los hipócritas) contestaron (tras haberse negado a luchar cuando se les pidió hacerlo): “Si hubiésemos sabido que de verdad iba a haber una batalla, los habríamos seguido”. Ese día (los hipócritas) estuvieron más cerca de la incredulidad que de la fe; decían lo que no sentían. Y Al-lah sabe bien lo que ocultan (sus corazones).
168. Esos son quienes decían sobre quienes habían muerto de entre los suyos (por haber salido a combatir) mientras que ellos se habían quedado en sus hogares: “Si nos hubieran obedecido a nosotros, no los habrían matado”. Diles (¡oh, Muhammad!): “Impidan que les llegue la muerte, si es que dicen la verdad”.
169. Y no crean que quienes fueron matados luchando por la causa de Al-lah están muertos, pues están vivos[119] y reciben provisión de su Señor (en el Paraíso).
170. Se deleitan en el favor que Al-lah les ha otorgado y se alegran por quienes han dejado atrás (y no han muerto todavía), porque no tendrán nada qué temer ni se sentirán afligidos.
172. esos que respondieron a la llamada de Al-lah y de Su Mensajero (para luchar nuevamente contra los idólatras[120]) tras haber sido heridos (en Uhud). Quienes obraron rectamente y temieron a Al-lah recibirán una gran recompensa.
[120] Cuando los idólatras regresaron a La Meca tras la batalla de Uhud, se les recriminó que no hubieran acabado con Muhammad —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz— y que no hubieran tomado cautivas como botín; entonces decidieron regresar para acabar con los musulmanes. Cuando esto llegó a oídos del Profeta —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz—, movilizó a los hombres que habían luchado con él en Uhud para salir al encuentro de los idólatras. En el último momento los idólatras decidieron no enfrentarse, y el Profeta —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz— volvió con sus hombres sanos y salvos a la ciudad de Medina sin haber luchado.
173. Esos a quienes algunos dijeron (para asustarlos después de regresar de Uhud): “(Los idólatras de La Meca) se han reunido contra ustedes, ¡témanles!”. Mas ello no hizo sino aumentar su fe, y dijeron: “Al-lah nos basta (contra ellos); ¡y qué excelente protector!”.
174. Y regresaron (a sus hogares) con la gracia y el favor de Al-lah, sin haber sufrido daño alguno, tras haber buscado la complacencia de Al-lah. Y Al-lah es dueño del favor inmenso.
176. Y no te aflijas (¡oh, Muhammad!) por quienes se apresuran a rechazar la verdad. Ellos no podrán perjudicar a Al-lah en nada. Él quiere dejarlos sin su parte de recompensa en la otra vida, y obtendrán un terrible castigo.
178. Y que no piensen quienes rechazan la verdad que es bueno para ellos que les aplacemos el castigo. Se lo aplazamos para que pequen más; y tendrán un castigo humillante.
179. Al-lah no los iba a dejar a ustedes, que creen en Al-lah y en Su Profeta, en el estado en el que se encuentran (mezclados con los hipócritas) sin distinguir (mediante una prueba) a los hipócritas de los verdaderos creyentes. Y tampoco les iba a revelar el conocimiento absoluto que solo Él posee (para que pudieran saber quiénes eran los hipócritas), sino que Él escoge a quien quiere de entre Sus profetas (para revelarle la información que desea). Crean, pues, en Al-lah y en Sus mensajeros. Y si creen (con sinceridad) y temen (a Al-lah), obtendrán una gran recompensa.
180. Y que no piensen quienes guardan con avaricia los favores que Al-lah les ha concedido (y no dan el azaque) que eso es lo mejor para ellos, pues (la avaricia) los perjudicará. Lo que codiciaron aparecerá atado a sus cuellos (como castigo) el Día de la Resurrección. Y a Al-lah pertenece la herencia[121] de los cielos y de la tierra; y Al-lah está bien informado de lo que hacen.
[121] Significa que solamente Él existirá cuando perezca todo lo que hay en los cielos y la tierra antes del Día de la Resurrección.
181. Ciertamente, Al-lah ha oído las palabras de los (judíos) que decían: “Al-lah es pobre, mientras que nosotros somos ricos[122]”. Registraremos sus palabras, así como los asesinatos que cometieron injustamente contra los profetas, y les diremos: “Sufran el castigo del fuego.
[122] Los judíos dijeron esas palabras a modo de burla tras la revelación de la aleya 245 de la sura 2, en la que Al-lah, el Altísimo, decía: “¿Quién ofrece a Al-lah un préstamo generoso (contribuyendo con sus bienes a Su causa) para que Él se lo devuelva multiplicado con creces?”.
183. Esos son quienes dicen: “Al-lah nos hizo prometer (en la Torá) que no creeríamos en ningún mensajero si no venía con una ofrenda que devorase un fuego (procedente del cielo)”. Diles (¡oh, Muhammad!): “En verdad, les llegaron otros mensajeros antes de mí con claras evidencias y con lo que ustedes dicen. ¿Por qué los mataron, entonces, si son veraces?”.
184. Y si te desmienten, también fueron desmentidos otros mensajeros que te precedieron y que llegaron con claras evidencias, con revelaciones sagradas y con escrituras esclarecedoras.
185. Todas las criaturas perecerán, y recibirán su plena recompensa el Día de la Resurrección. Quien sea librado del fuego y entre en el Paraíso habrá triunfado; y la vida terrenal no es más que un disfrute engañoso (y efímero).
186. Serán puestos a prueba en sus bienes y en sus personas, y oirán de quienes recibieron las Escrituras antes que ustedes y de los idólatras cosas que los herirán profundamente. Mas si son pacientes y temen a Al-lah, estarán haciendo una de las acciones que deben hacer y que requieren más determinación y entereza.
187. Y (recuerden) cuando Al-lah concertó un pacto con quienes habían recibido las Escrituras (la Torá, y les dijo): “Mostrarán y aclararán su contenido a la gente y no lo ocultarán”; mas se desentendieron (del pacto) y modificaron las Escrituras (ocultando la verdad) a cambio de un vil beneficio. ¡Qué mal negocio hicieron!
188. No pienses que quienes se regocijan de las malas acciones que han realizado y gustan de ser elogiados por lo que no han hecho se librarán del tormento, pues tendrán un castigo doloroso.
190. Ciertamente, en la creación de los cielos y de la tierra y en la alternancia de la noche y el día hay pruebas (del poder de Al-lah) para los hombres de buen juicio,
191. esos que recuerdan y mencionan a Al-lah (al rezar) de pie, sentados y recostados, y meditan sobre la creación de los cielos y la tierra, y dicen: “¡Señor nuestro, no has creado todo esto en vano!, ¡gloria a ti!, ¡protégenos del castigo del fuego (dándonos éxito en el cumplimiento de Tus mandatos)!
193. ¡Señor nuestro!, hemos escuchado la llamada de quien invita a la fe (Muhammad) diciendo: ‘Crean en su Señor’, y hemos creído. ¡Señor!, perdona, pues, nuestros pecados, borra nuestras malas acciones y haz que al morir estemos con los piadosos y virtuosos.
194. Y concédenos, ¡Señor!, lo que nos prometiste a través de Tus mensajeros, y no nos humilles el Día de la Resurrección (mostrando nuestros pecados). Ciertamente, Tú no incumples Tus promesas”.
195. Y su Señor respondió a sus invocaciones diciendo: “No dejaré que se pierda la buena acción de ninguno de ustedes (pues todas las acciones tendrán su recompensa), sea hombre o mujer, ya que provienen los unos de los otros (y son hermanos en la religión e iguales ante Al-lah en lo referente a recibir Su recompensa). Así pues, a quienes emigren, sean expulsados de sus hogares, sufran por Mi causa, luchen y mueran (por ella) les perdonaré sus pecados y haré que entren al Paraíso, por donde corren ríos. Esa es la recompensa de Al-lah, y Al-lah posee la mejor recompensa.
198. Sin embargo, quienes teman a su Señor tendrán jardines por los cuales corren ríos, y allí vivirán eternamente; ese es el hospedaje que Al-lah concede. Y Al-lah posee lo mejor para los piadosos y virtuosos.
199. Y entre quienes recibieron las Escrituras hay quienes realmente creen en Al-lah, en lo que les ha revelado (el Corán) y en lo que les reveló a ellos (la Torá y el Evangelio). Se someten a Al-lah con humildad y no modifican las revelaciones de Al-lah para obtener un vil beneficio. Esos recibirán su recompensa junto a su Señor; y Al-lah es rápido en la retribución de Su recompensa.
200. ¡Oh, creyentes!, sean pacientes (ante las desgracias) y perseverantes (en su obediencia a Al-lah); sean más pacientes que sus enemigos y estén siempre vigilantes (para defender su territorio contra quienes los ataquen). Y teman a Al-lah para que puedan triunfar.
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Returns:
json object containing array of objects, each object contains the "sura", "aya", "translation" and "footnotes".
GET / https://quranenc.com/api/v1/translation/aya/{translation_key}/{sura_number}/{aya_number} description: get the specified translation (by its translation_key) for the speicified aya (by its number sura_number and aya_number)
Parameters: translation_key: (the key of the currently selected translation) sura_number: [1-114] (Sura number in the mosshaf which should be between 1 and 114) aya_number: [1-...] (Aya number in the sura)
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