1. ¡Oh, creyentes! Cumplan con sus compromisos. Les es lícito comer del ganado excepto lo que esté expresamente prohibido. La caza no está permitida mientras estén consagrados a la peregrinación. Dios legisla lo que Le place [según su sabiduría divina].
2. ¡Oh, creyentes! No profanen los ritos de Dios ni los meses sagrados, ni los animales ofrendados ni los animales marcados para ofrenda, ni perjudiquen a quienes se dirigen a la Casa Sagrada buscando el favor y la complacencia de su Señor. [Solo] cuando hayan finalizado la peregrinación podrán cazar. Que el descontento que tengan hacia quienes les impedían el acceso a la Mezquita Sagrada no los lleve a transgredir [la ley], sino que cooperen con ellos en obrar el bien e impedir el mal, pero no cooperen en el pecado y la enemistad. Y tengan temor de Dios; Dios es severo en el castigo.
3. Les es prohibido [comer] la carne del animal muerto por causa natural, la sangre, la carne de cerdo, el animal que haya sido sacrificado invocando a otro en lugar de Dios, la del animal muerto por asfixia, golpe, caída, cornada o herido por las fieras, a menos que alcancen a degollarlo [antes de que muera], y lo que es inmolado en altares [en honor a un ídolo]. [También es prohibido] consultar la suerte echando flechas [o con cualquier otro método]. [Violar alguna de estas leyes] es un pecado. Quienes se empeñan en negar la verdad han perdido la esperanza de [hacerlos renunciar a] su religión. No tengan temor de ellos, sino que tengan temor de Mí. Hoy les he perfeccionado su forma de adoración, he completado Mi gracia sobre ustedes y he dispuesto que el Islam sea su religión. Pero quien [en caso extremo] se vea forzado por hambre [y coma de lo prohibido], pero sin intención de transgredir la ley ni excederse, Dios es Perdonador, Misericordioso.
4. Te preguntan qué es lícito [comer]. Responde: “Se les permite comer todas las cosas buenas [y sanas]. Pueden comer lo que hayan atrapado los animales de caza que han entrenado, conforme a lo que Dios les ha enseñado. Coman de lo que cacen para ustedes, pero mencionen el nombre de Dios sobre esos alimentos, y tengan temor de Dios, porque Dios es rápido en ajustar cuentas.
5. De hoy en adelante les es permitido todo [alimento] bueno. La carne de los [animales sacrificados] de quienes recibieron el Libro [la Torá y el Evangelio] es lícita, y la carne [de los animales que ustedes sacrifican] es lícita para ellos. También es permitido [para ustedes] casarse con las mujeres creyentes que sean recatadas, y con las mujeres recatadas que recibieron el Libro anteriormente [judías y cristianas], siempre que cumplan la condición de darles su dote, con intención [seria] de casarse, no para fornicar ni tomarlas como amantes secretas. Pero quien rechace la creencia [monoteísta de Dios], sus obras [en este mundo] habrán sido en vano, y en la otra vida se contará entre los perdedores.
6. ¡Oh, creyentes! Cuando se dispongan a hacer la oración lávense el rostro y los brazos hasta los codos, pasen las manos [húmedas] por la cabeza y [laven] los pies hasta los tobillos. Si están en estado de impureza mayor, tomen un baño [completo]. Si están enfermos o de viaje o han hecho sus necesidades [biológicas] o han cohabitado con su mujer, y no encuentran agua, usen [para la ablución virtual[1]] tierra limpia y pásenla por el rostro y las manos. Dios no quiere imponerles dificultades, solo quiere purificarlos y completar Su favor sobre ustedes para que sean agradecidos.
7. Recuerden la bendición que Dios les concedió, y [recuerden] el pacto que hizo con ustedes cuando dijeron: “Oímos y obedecemos”. Tengan temor de Dios, porque Dios bien sabe lo que encierran los corazones.
8. ¡Oh, creyentes! Sean responsables con [los preceptos de] Dios. Sean justos cuando den testimonio. Que el rencor que sienten por un pueblo no les conduzca a obrar injustamente. Sean justos y equitativos, porque eso es lo más cercano a la piedad. Y tengan temor de Dios, porque Dios está bien informado de lo que hacen.
11. ¡Oh, creyentes! Recuerden las bendiciones que Dios les concedió cuando sus enemigos intentaron agredirlos pero Dios los protegió. Tengan temor de Dios, y que los creyentes solo se encomienden a Dios.
12. Dios celebró un pacto con los Hijos de Israel y designó de entre ellos doce jefes. Pero Dios les dijo: “Estaré con ustedes siempre que cumplan con la oración, paguen el zakat, crean y apoyen a [todos] Mis Mensajeros, gasten generosamente en Mi causa; entonces perdonaré sus ofensas y los introduciré en jardines en los que corren ríos. Pero quien [después de todo esto] niegue la verdad, se habrá extraviado del camino recto”.
13. Pero por haber violado el pacto los maldije e hice que sus corazones se volvieran insensibles y duros. [Por eso] tergiversan el sentido de las palabras [de la Torá] sacándolas de contexto, y dejan de lado parte de lo que les fue mencionado [en ella]. Descubrirás que la mayoría de ellos, salvo unos pocos, traicionan [a la gente], pero tu discúlpalos y sé tolerante con ellos, porque Dios ama a los que hacen el bien.
14. [Dios también tomó un compromiso] con quienes dicen: “Somos cristianos”, pero ellos dejaron de lado parte de lo que les había mencionado [en el Evangelio]. Y [por eso] sembré entre ellos la discordia y el odio hasta el Día de la Resurrección, cuando Dios les hará saber el [gran] nivel de desvío que alcanzaron.
15. ¡Oh, Gente del Libro! Les ha llegado un Mensajero enviado por Mí, cuya misión es traerles a la luz los preceptos más importantes que ocultaron de las escrituras, y facilitar muchos otros preceptos. Dios les ha enviado una luz y un Libro claro [el Corán],
16. con el cual Dios guía a quienes buscan Su complacencia hacia los caminos de la salvación, los extrae por Su voluntad de las tinieblas hacia la luz, y los dirige por el camino recto.
17. Son incrédulos quienes dicen: “Jesús hijo de María es Dios”. Diles: “¿Quién podría impedir que Dios exterminara al Mesías hijo de María, a su madre y a todo cuanto existe en la Tierra, si así lo quisiera?” A Dios pertenece el reino de los cielos y de la Tierra, y todo lo que existe entre ambos. Dios crea lo que Le place, porque Él tiene poder sobre todas las cosas.
18. Dicen judíos y cristianos: “Somos hijos de Dios y sus predilectos”. Diles: “Si así fuera, ¿por qué los castigará por los pecados que cometen? Ustedes son como el resto de la humanidad, seres creados por Él. Dios perdona a quien quiere y castiga a quien quiere. A Dios pertenece el reino de los cielos y de la tierra, y todo lo que existe entre ambos, y ante Él compareceremos [para que nos juzgue por nuestras acciones]”.
19. ¡Oh, Gente del Libro! Luego de que pasara un tiempo desde el último Mensajero[1], les ha llegado Mi Mensajero para aclararles la verdad, y que no puedan decir [el Día del Juicio Final]: “No se nos presentó nadie que nos albriciara [con el monoteísmo] y nos advirtiera [contra la idolatría]”. Pues ahora sí tienen quien les albricia y les advierte, porque Dios es sobre toda cosa Poderoso.
20. [Reflexionen sobre] cuando Moisés dijo a su pueblo: “¡Oh, pueblo mío! Recuerden las bendiciones que Dios les concedió al hacer que surgieran entre ustedes Profetas y poderosos, y los bendijo con gracias que no concedió a nadie de sus contemporáneos.
22. Respondieron: “¡Oh, Moisés! Allí hay gente poderosa, así que no entraremos hasta que ellos se marchen. Solo cuando abandonen la ciudad entraremos”.
23. Dos hombres que tenían temor de Dios, que habían sido bendecidos [con una fe sólida], dijeron: “Ingresen sorpresivamente por la puerta, porque si lo hacen obtendrán la victoria. Pero encomiéndense solo a Dios, si es que verdaderamente son creyentes”.
26. Dijo [Dios a Moisés]: “Les estará prohibida [la entrada en Tierra Santa]. Vagarán por la tierra durante cuarenta años. No te aflijas por la gente perversa”.
27. [Oh, Mujámmad:] Cuéntales la auténtica historia de los hijos de Adán, cuando presentaron una ofrenda y le fue aceptada a uno y rechazada al otro. Dijo [Caín]: “Te mataré”. Dijo [Abel]: “Dios solo acepta las obras de los que obran con fe sincera.
29. Prefiero que seas tú quien cargue con mis pecados y los tuyos, [y si me matas] serás de los moradores del Fuego, porque ese es el castigo para los que cometen esa injusticia”.
31. Entonces Dios envió un cuervo para que escarbara la tierra y le mostrara cómo enterrar el cadáver de su hermano. Dijo [Caín]: “¡Ay de mí! ¿Acaso no soy capaz de hacer como este cuervo y enterrar el cadáver de mi hermano?” Y sintió un profundo arrepentimiento.
32. Como consecuencia [de este asesinato], legislé para los Hijos de Israel que: “Quien mata a una persona sin que ésta haya cometido un crimen o sembrado la corrupción en la Tierra, es como si matara a toda la humanidad. Pero quien salva una vida es como si salvara a toda la humanidad”. Mis Mensajeros se presentaron ante ellos con pruebas claras [de la ley], pero muchos de ellos siguen cometiendo graves excesos en el mundo.
33. El castigo para quienes hacen la guerra a [un pueblo que se gobierna por la ley de] Dios y Su Mensajero y siembran en la Tierra la corrupción, es que [luego de un juicio justo] se los condene a muerte, se los crucifique, se les ampute una mano y el pie del lado opuesto, o se los condene al exilio. Esto es para que sean denigrados en esta vida, y en la otra tendrán un castigo terrible.
36. Los que niegan la verdad, aunque tuvieran todo cuanto existe en la Tierra y aún el doble para ofrecerlo como rescate y salvarse del castigo del Día de la Resurrección, no se les aceptará, y recibirán un castigo doloroso.
38. Al ladrón y a la ladrona [luego de un juicio justo] córtenles la mano en compensación por su delito. Esta es una sentencia disuasoria dictada por Dios. Dios es Poderoso, Sabio.
40. ¿Acaso no sabes que a Dios pertenece el reino de los cielos y de la Tierra? Castiga a quien quiere y perdona a quien quiere. Dios es sobre toda cosa Poderoso.
41. ¡Oh, Mensajero! No te entristezcas por quienes se precipitan a negar la verdad, como quienes dicen: “Creemos”, pero sus corazones no creen. Entre los judíos hay quienes prestan oídos a cualquier falsedad que se diga, escuchan ávidamente sin venir a pedirte aclaración. Tergiversan el sentido de las palabras [reveladas] sacándolas de su contexto, y dicen: “Si se les dice así [acorde a su tergiversación] acéptenlo; caso contrario, rechácenlo”. A quien Dios pone a prueba con una tentación, no podrás hacer nada para salvarlo. Dios no ha querido purificar sus corazones[1]. Ellos serán denigrados en esta vida, y en la otra tendrán un castigo terrible.
42. Prestan oídos a la mentira y se benefician vorazmente del soborno. Si se presentan ante ti [para que juzgues] sobre un pleito entre ellos, puedes juzgar o abstenerte. Si te abstienes no podrán perjudicarte en nada, pero si juzgas entre ellos, hazlo con equidad y justicia, porque Dios ama a los justos.
43. ¿Y por qué necesitan pedirte a ti que juzgues entre ellos si tienen la Torá en la que se encuentra el juicio de Dios? Si tu veredicto no les agrada, lo rechazan [a pesar de que coincide con la Torá]; esos de verdad no son creyentes [en Dios ni en la Torá].
44. He revelado la Torá, en la que hay guía y luz. Los Profetas entregados [a la voluntad de Dios] juzgaban con ella entre los judíos. Lo mismo hicieron los rabinos y juristas en cumplimiento de su misión de custodiar el Libro de Dios y ser testigos de él [en sus enseñanzas]. No teman a la gente sino que tengan temor de Mí. No vendan Mis preceptos por un precio vil. Quienes no juzgan conforme a lo que Dios ha revelado [por considerarlo inferior], ésos son los verdaderos incrédulos[1].
[1] Cita Ibn Kazir que Ibn Abbas dijo: “Quien niegue y rechace la ley de Dios deviene incrédulo, y quien la reconozca y acepte, pero no juzgue con ella en alguna ocasión, es un opresor perverso”.
45. He prescrito en ella [la Torá, la justicia retributiva]: Vida por vida, ojo por ojo, nariz por nariz, oreja por oreja, diente por diente, y con las heridas una similar. Pero si la víctima perdona [que se aplique la pena al culpable] esto le servirá de expiación. Quienes no juzgan conforme a lo que Dios ha revelado [por considerarlo inferior], ésos son los verdaderos ofensores.
46. Hice que Jesús hijo de María siguiera [el ejemplo de los Profetas anteriores], en confirmación de la verdad había [sido revelada] en la Torá. A él le he revelado el Evangelio en el que hay guía y luz, como confirmación de la Torá, y como guía y exhortación para los que tienen temor de Dios y piedad.
47. Que los seguidores del Evangelio juzguen según lo que Dios ha revelado en él, porque los que no juzgan conforme a lo que Dios ha revelado, ésos son los verdaderos perversos.
48. [Y a ti, ¡Oh, Mujámmad!] Te he revelado el Libro que contiene la verdad definitiva [el Corán], que corrobora los Libros revelados anteriormente y es juez de lo que es verdadero en ellos. Juzga conforme a lo que Dios ha revelado y no te sometas a sus deseos transgrediendo la Verdad que has recibido. A cada [comunidad religiosa] le he dado una legislación y una metodología [norma]. Si Dios hubiera querido, habría hecho de ustedes una sola comunidad, pero quiso probar su fe en lo que les reveló. Apresúrense a realizar obras de bien, porque todos comparecerán ante Dios, y Él les informará acerca de lo que discrepaban.
49. Juzga entre ellos conforme a lo que Dios ha revelado, no te sometas a sus deseos y ten cuidado con ellos, no sea que te aparten con engaños de lo que Dios te ha revelado. Si ellos se rehúsan [a seguir lo que has dictaminado], sabe que Dios, a causa de sus pecados, quiere afligirlos. Pero muchas personas [a pesar de las advertencias] son perversas.
51. ¡Oh, creyentes! No tomen a los judíos ni a los cristianos por aliados, porque ellos son aliados entre sí. Quien les dé lealtad se convierte en uno de ellos. Dios no guía a un pueblo opresor.
52. Verás que quienes tienen una enfermedad en sus corazones [la hipocresía] se apresuran buscando su complacencia[1] y dicen: “Tenemos miedo de que nos sorprenda una derrota”. Pero puede que Dios les tenga deparada la victoria o algún otro decreto, y entonces tengan que arrepentirse de lo que pensaban.
53. Los creyentes dirán entonces: “¿Son éstos quienes juraban solemnemente por Dios que estaban con nosotros [en el Islam]?” Sus obras habrán sido en vano y se contarán entre los fracasados.
54. ¡Oh, creyentes! Si apostatan de su religión, Dios los reemplazará por otros a quienes amará y ellos Lo amarán, que serán compasivos con los creyentes, severos con los que niegan la verdad, y combatirán por la causa de Dios sin temor a los reproches. Esas son las cualidades de quienes Dios ha bendecido. Dios es Vasto, todo lo sabe.
55. Sus únicos aliados deben ser Dios, Su Mensajero y los creyentes que hacen la oración prescrita, pagan el zakat y se inclinan [ante Dios en la oración].
57. ¡Oh, creyentes! No tomen por aliados a quienes toman a burla y broma su religión, sean gente del Libro o de los que niegan la verdad. Tengan temor de Dios si es que son creyentes.
59. Di: “¡Oh, Gente del Libro! ¿Acaso nos reprochan que creamos en Dios, en la revelación que nos fue enviada y lo que fue revelado anteriormente, o lo hacen solamente porque la mayoría de ustedes son perversos?”
60. Di: “¿No quieren acaso que les informe quiénes tendrán peor retribución que éstos ante Dios? Son quienes maldijo Dios, los que incurrieron en Su ira, los que convirtió en monos y cerdos[1], y los que adoran a los falsos dioses. Esos son los que se encuentran en una situación peor y son los más extraviados del camino recto.
61. Cuando se encuentran con ustedes dicen: “Creemos”, pero cuando entraron [al Islam en apariencia] traían la incredulidad consigo, y al abandonarlo [al Islam] salieron igual. Dios sabe bien lo que ocultan.
64. Estos judíos dijeron: “La mano de Dios está cerrada”[1]. Son sus manos las que se cerraron, y cayeron en la maldición de Dios por su blasfemia. Por el contrario, Sus dos manos están extendidas y dispensa [generosamente] según Su voluntad. Lo que te ha sido revelado por tu Señor acrecentará en muchos de ellos la arrogancia y la negación de la verdad. He previsto entre ellos la enemistad y el odio hasta el Día de la Resurrección. Siempre que enciendan el fuego de la guerra [contra ustedes], Dios lo apagará. Ellos se esfuerzan por sembrar la corrupción en la Tierra, pero Dios no ama a los que siembran la corrupción.
[1] Expresión árabe que indica la falta de generosidad.
66. Si se hubieran atenido a la Torá, el Evangelio y lo [último] que les ha sido revelado por su Señor [el Corán], recibirían las bendiciones que caen del cielo y las que brotan de la tierra. Entre ellos hay quienes son moderados, pero la mayoría obra de forma perversa.
67. ¡Oh, Mensajero! Comunica [completamente] lo que te ha sido revelado por tu Señor. Si no lo haces, no habrás hecho llegar Su Mensaje. Dios te protegerá de la gente [que intenta impedir que cumplas con tu misión]. Dios no guía a un pueblo que niega la verdad.
68. Di: “¡Oh, Gente del Libro! No tendrán fundamento alguno mientras no se atengan a [la ley de] la Torá, el Evangelio y lo que les ha sido revelado por su Señor”. Lo que te ha sido revelado por tu Señor acrecentará en muchos de ellos la arrogancia y la negación a reconocer la verdad, pero no te aflijas por un pueblo que se niega a reconocer la verdad.
69. Los creyentes [en el Islam], los judíos, los sabeos[1] y los cristianos, quienes crean en Dios [sin asociarle nada] y en el Día del Juicio y obren rectamente, no habrán de sentir temor ni tristeza.
[1] Los monoteístas que no siguen una religión determinada.
70. Celebré un pacto solemne con los Hijos de Israel y les envié Mensajeros. Siempre que un Mensajero se presentaba ante ellos con algo que no les gustaba, lo desmentían o lo mataban.
71. Creían que no les alcanzaría ninguna calamidad [por sus crímenes] y se volvieron ciegos y sordos [de corazón], pero Dios los perdonó, aunque muchos de ellos reincidieron. Dios ve todo lo que hacen.
72. Quienes dicen: “Dios y el Mesías hijo de María son una misma persona” niegan la verdad, porque el mismo Mesías dijo: “¡Oh, Hijos de Israel! Adoren solo a Dios, que es mi Señor y el suyo”[1]. A quien atribuya actos de adoración a otros además de Dios, Él le vedará el Paraíso y su morada será el Infierno. Los injustos no tendrán quién los socorra.
[1] Irónicamente, los cristianos encuentran esa enseñanza en las palabras mismas de Jesús, pero prefieren seguir la deformación que hicieron otras personas de esa creencia clara y evidente en el monoteísmo. En Marcos 12:28-31 dice: “Uno de los maestros de la ley se acercó y los oyó discutiendo. Al ver lo bien que Jesús les había contestado, le preguntó: —De todos los mandamientos, ¿cuál es el más importante? —El más importante es: ‘Oye, Israel. El Señor nuestro Dios, el Señor es uno —contestó Jesús. Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas’”.
73. Quienes dicen: “Dios es una de las tres personas de la trinidad”, niegan la verdad, porque no hay más que una sola divinidad. Si no desisten de sus palabras, un castigo doloroso azotará a quienes se obstinan en negar la verdad.
75. El Mesías hijo de María es solo un Mensajero, como los otros Mensajeros que le precedieron. Su madre fue una creyente devota. Ambos necesitaban alimentos [como el resto de los seres humanos]. Observa cómo les aclaré las evidencias, y cómo [a pesar de eso] rechazan la verdad.
77. Di: “¡Oh, Gente del Libro! No se excedan en sus creencias tergiversando la verdad, y no sigan ideas personales de gentes que se desviaron en el pasado, que hicieron que muchos se extraviaran y se desviaran del camino recto.
78. Los Hijos de Israel que se obstinaban en negar la verdad ya fueron maldecidos por David y por Jesús hijo de María, porque transgredían los límites de la ley y se rebelaban [contra Dios].
80. Verás que muchos de ellos toman a los que rechazan la verdad por aliados. ¡Qué perverso es a lo que les indujo su ego! La ira de Dios cayó sobre ellos, y sufrirán eternamente en el castigo.
81. Si realmente hubieran creído en Dios, en el Profeta y en lo que le fue revelado, no los hubieran tomado por aliados, pero muchos de ellos son perversos.
82. Verás que los peores enemigos de los creyentes son los judíos y los idólatras, y los más amistosos son quienes dicen: “Somos cristianos”. Esto es porque entre ellos hay sacerdotes y monjes que no se comportan con soberbia.
83. Cuando escuchan lo que le ha sido revelado al Mensajero, ves que sus ojos se inundan de lágrimas porque reconocen la verdad, y entonces dicen: “¡Señor nuestro! Creemos, cuéntanos entre quienes dan testimonio [de la verdad del Islam].
84. ¿Y por qué no íbamos a creer en Dios y en lo que nos ha llegado de la verdad? Esperamos que nuestro Señor nos introduzca [al Paraíso] junto a los justos”.
85. Dios les recompensará por su testimonio con jardines por los que corren ríos, en los que estarán por toda la eternidad. Ésa es la recompensa de los que hacen el bien.
89. Dios no va a pedirles cuentas por los juramentos [que hagan] sin intención, pero sí [va a preguntarles] por los que hayan pronunciado reflexionando sobre su implicancia. En estos casos deberán expiarlos alimentando a diez pobres como alimentan a su familia, o dándoles vestimenta, o liberando a un esclavo. Quien no encuentre los medios [económicos para una de estas tres opciones] deberá ayunar tres días. Ésta es la expiación de los juramentos [si no los cumplen]. Sean cuidadosos con sus juramentos[1], pero cuando los hagan deben cumplirlos. Así es como Dios explica Su mensaje, para que sean agradecidos.
[1] Esta frase implica: 1) Solo pueden jurar por Dios. 2) Deben abandonar la costumbre de jurar por cosas sin importancia. 3) Si han jurado, cumplan con el juramento. 4) Si no pueden o no quieren cumplir con el juramento, deben cumplir con la expiación.
90. ¡Oh, creyentes! Los embriagantes, las apuestas, los altares [sobre los cuales eran degollados los animales como ofrenda para los ídolos] y consultar la suerte [por ejemplo] con flechas, son una obra inmunda del demonio. Aléjense de todo ello, que así tendrán éxito [en esta vida y en la próxima].
91. El demonio pretende [con esas cosas] sembrar entre la gente la discordia y el odio, y apartarlos del recuerdo de Dios y la oración valiéndose de los embriagantes y las apuestas. ¿No van a dejarlo ya?
92. Deben obediencia absoluta a Dios y a Su Mensajero, y tengan cuidado [de desobedecerlos]. Pero quien se rehúse, sepa que Mi Mensajero solo tiene la obligación de transmitir [el Mensaje] con claridad.
93. Quienes creen y hacen buenas obras no serán reprochados por lo que disfrutaron [de lo que era lícito] antes [de su prohibición], siempre que tengan temor de Dios, crean y obren rectamente, luego tengan temor de Dios y crean [en las leyes], luego tengan temor de Dios y hagan el bien [manteniéndose firmes], porque Dios ama a los que hacen el bien.
94. ¡Oh, creyentes! Dios los pondrá a prueba[1] [mientras estén consagrados a la peregrinación] colocando delante de ustedes presas de caza que podrían alcanzar fácilmente con sus manos o lanzas, para distinguir quién Le teme en secreto [al obedecer la prohibición de cazar]. Quien transgreda [las leyes] tendrá un castigo doloroso.
[1] Al estar prohibida la caza para el peregrino, Dios los puso a prueba haciendo que los animales se pasearan entre ellos, y entonces quien no cazara las presas, a pesar de que era muy fácil hacerlo, habría triunfado en la prueba; pero quien se dejara llevar por la ambición y el deseo, habría fracasado en la prueba. Este versículo nos enseña que, a veces, Dios puede probar nuestra fe facilitando lo ilícito a nuestro alrededor, para ver qué tanto nos mantenemos firmes a los que, decimos, son nuestros valores.
95. ¡Oh, creyentes! No cacen mientras estén consagrados a la peregrinación. Quien lo haga deliberadamente deberá compensarlo sacrificando una res de ganado equivalente a la que mató, la que será determinada por dos personas justas y será ofrendada [a Dios] ante la Ka‘bah [y repartida entre los necesitados], o deberá hacer una expiación alimentando a pobres o ayunando un plazo equivalente, para que sufra y comprenda las consecuencias de sus ofensas. Dios no les pedirá cuentas por lo que hayan hecho antes de descender la legislación. Pero quien reincida, sepa que Dios lo retribuirá con lo que se merece. Dios es Poderoso, Dueño de la retribución.
96. Es permitido [durante la peregrinación comer de] lo que pesquen en el mar, para los residentes y los viajeros. Pero está prohibida la caza mientras estén consagrados a la peregrinación. Tengan temor de Dios, ante Quien serán congregados [para ser juzgados por sus obras].
97. Dios designó a la Ka‘bah, la Casa Sagrada, como un lugar de devoción y adoración. Los meses sagrados, las ofrendas y los animales marcados para ofrenda son sagrados. Esto para que sepan que Dios conoce cuanto hay en los cielos y la Tierra, y que Dios todo lo sabe.
100. Di: “No se puede equiparar lo malo y lo bueno, así que no te dejes engañar por la abundancia de lo malo. Tengan temor de Dios, ¡oh, gente que reflexiona!, que así tendrán éxito”.
101. ¡Oh, creyentes! No ahonden en asuntos que, si fueran revelados [en forma de ley], les causarían dificultad [en la práctica de la religión]. Pero si los indagan cuando hayan sido revelados en el Corán, les serán explicados. Dios los perdona por sus indagaciones [fuera de lugar] porque es Perdonador, Tolerante.
103. No es prescripción de Dios que ciertas clases de ganado sean marcadas por superstición y costumbres paganas, como la camella que se consagra a los ídolos por lo que no debe ser ordeñada, ni la que también es consagrada a los ídolos y se la deja pastar libremente, ni la oveja que si en su séptimo parto pare un macho y una hembra se la consagra a los ídolos y no se la debe sacrificar, ni el camello semental que luego de servir diez veces se consagra a los ídolos por lo que no se lo utiliza para montura. Son los paganos supersticiosos quienes inventaron estos ritos, mintiendo acerca de Dios. La mayoría de ellos no usa el razonamiento.
104. Cuando se les dice: “Tomen lo que Dios ha revelado y sigan al Mensajero”, dicen: “Nos basta con lo que nos transmitieron nuestros padres”, a pesar de que sus padres eran ignorantes y no estaban bien encaminados.
105. ¡Oh, creyentes! Ustedes son responsables por sus almas en el cumplimento de sus deberes para con Dios. No les perjudica quien elige el camino del desvío si ustedes están en el camino recto. A Dios regresarán y Él les informará el resultado de sus obras.
106. ¡Oh, creyentes! Ante la inminencia de la muerte deben declarar su testamento ante dos testigos confiables conocidos, o bien dos extraños si están de viaje y les sobreviene la [agonía de la] muerte. Si dudan [del testimonio] de los testigos, reténganlos hasta después de la oración para que juren por Dios: “No pretendemos, con nuestro testimonio, ningún provecho personal ni beneficiar a un pariente. No ocultamos el testimonio que Dios nos ordenó declarar, porque de hacerlo nos contaríamos entre los pecadores”.
107. Si se descubre que cometieron un pecado [al mentir sobre los términos del testamento], otros dos los sustituirán, y éstos serán [elegidos] de entre los parientes con más derecho [a su herencia] y jurarán por Dios: “Nuestro testimonio es más digno de ser creído que el de ellos y no los agredimos [al acusarlos de falso testimonio], porque de hacerlo nos contaríamos entre los injustos”.
108. Esto es lo más adecuado para lograr que presten un testimonio exacto o que teman que se refute su juramento con un juramento contrario. Tengan temor de Dios y obedezcan [Sus leyes], porque Dios no guía a los perversos.
109. [Teman] el día que Dios reúna a los Mensajeros y diga: “¿Cómo respondieron [aquellos a quienes fueron enviados]?” Dirán: “No sabemos, Tú eres Quien conoce lo oculto”.
110. Dios dirá: “¡Oh, Jesús hijo de María! Recuerda las bendiciones que te concedí a ti y a tu madre, cuando te fortalecí con el Espíritu Santo[1] para que pudieras hablar a la gente desde la cuna y de adulto, y te enseñé la escritura, la sabiduría, la Torá y el Evangelio. Cuando modelaste con arcilla un pájaro con Mi anuencia, y luego soplaste en él y se convirtió en un pájaro real con Mi permiso, y curaste al ciego de nacimiento y al leproso con Mi permiso, y resucitaste al muerto con Mi permiso. Te protegí de los Hijos de Israel cuando te presentaste ante ellos con las evidencias, y los que negaron la verdad dijeron: “Esto es hechicería pura”.
[1] Así es llamado el ángel Gabriel, encargado de hacer llegar la revelación de Dios a Sus profetas.
111. [Recuerda] cuando inspiré a los discípulos para que creyeran en Mí y en Mi Mensajero. Ellos dijeron: “¡Creemos! Sé testigo de que somos musulmanes [en sumisión a Dios]”.
112. Cuando los discípulos de Jesús dijeron: “¡Oh, Jesús hijo de María! ¿Tu Señor podría hacernos descender del cielo una mesa servida?” Dijo: “Tengan temor de Dios, si es que son verdaderos creyentes”.
113. Dijeron [los discípulos]: “Queremos comer de ella para que nuestros corazones se sosieguen, saber [con certeza] que nos has dicho la verdad y dar testimonio de ella”.
114. Jesús hijo de María rezó: “¡Oh Dios, [te imploro porque Tú eres] nuestro señor! Haz que descienda una mesa servida del cielo que sea para nosotros un acontecimiento festivo, tanto para los primeros como para los últimos [de nuestra nación], y un milagro proveniente de Ti. Concédenos Tu favor, pues Tú eres el mejor proveedor”.
116. [El Día del Juicio Final] Dios dirá: “¡Oh, Jesús hijo de María! ¿Acaso tú dijiste a la gente: “Adórenme a mí y a mi madre como divinidades junto con Dios?” Dirá [Jesús]: “¡Glorificado seas! No me corresponde decir algo a lo que no tengo derecho. Si lo hubiera dicho Tú lo sabrías. Tú conoces lo que encierra mi alma, mientras que yo ignoro lo que encierra la Tuya. Tú eres Quien conoce lo oculto.
117. No les transmití sino lo que Tú me has ordenado: ‘Adoren solo a Dios, mi Señor y el suyo’. Fui testigo de sus acciones mientras estuve con ellos; pero después de que me elevaste, fuiste Tú Quien los vigiló. Tú eres testigo de todas las cosas.
118. Si los castigas, lo haces con derecho, pues son Tus siervos[1]; pero si los perdonas, Tú eres el Poderoso, el Sabio”.
[1] Todos los seres humanos somos siervos de Dios. Los creyentes someten espontáneamente su voluntad a la voluntad de Dios, y eso los hace Sus siervos por elección; y los que no creen en Dios o Le asocian ídolos a los que adoran, igualmente están sometidos a la predestinación y el juicio de Dios y, por lo tanto, son Sus siervos, aunque no lo acepten.
119. Dios dirá [el Día del Juicio]: “Este es el día en que los sinceros disfrutarán su sinceridad. Tendrán jardines por donde corren ríos, en los que estarán por toda la eternidad. Dios estará complacido con ellos y ellos con Él. Esa será la bienaventuranza.
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2. Clearly referring to the publisher and the source (QuranEnc.com).
3. Mentioning the version number when re-publishing the translation.
4. Keeping the transcript information inside the document.
5. Notifying the source (QuranEnc.com) of any note on the translation.
6. Updating the translation according to the latest version issued from the source (QuranEnc.com).
7. Inappropriate advertisements must not be included when displaying translations of the meanings of the Noble Quran.
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API specs
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Sura translation
GET / https://quranenc.com/api/v1/translation/sura/{translation_key}/{sura_number} description: get the specified translation (by its translation_key) for the speicified sura (by its number)
Parameters: translation_key: (the key of the currently selected translation) sura_number: [1-114] (Sura number in the mosshaf which should be between 1 and 114)
Returns:
json object containing array of objects, each object contains the "sura", "aya", "translation" and "footnotes".
GET / https://quranenc.com/api/v1/translation/aya/{translation_key}/{sura_number}/{aya_number} description: get the specified translation (by its translation_key) for the speicified aya (by its number sura_number and aya_number)
Parameters: translation_key: (the key of the currently selected translation) sura_number: [1-114] (Sura number in the mosshaf which should be between 1 and 114) aya_number: [1-...] (Aya number in the sura)
Returns:
json object containing the "sura", "aya", "translation" and "footnotes".