2. A la fornicadora y al fornicador aplíquenles, a cada uno de ellos, cien azotes. Si verdaderamente creen en Dios y en el Día del Juicio, no permitan que la compasión que puedan sentir por ellos les impida aplicar la pena establecida por Dios. Que un grupo de creyentes sea testigo cuando se les aplique la pena.
3. El hombre que haya fornicado solo habrá podido hacerlo con una fornicadora igual que él o con una idólatra [cuya ley no le prohíbe ese delito]. Y la mujer que haya fornicado solo habrá podido hacerlo con un fornicador igual que ella o con un idólatra [cuya ley no le prohíbe ese delito]. [Sepan que] la fornicación está prohibida para los creyentes.
4. A quienes difamen a mujeres decentes [acusándolas de fornicadoras o adúlteras] y no presenten cuatro testigos, aplíquenles ochenta azotes y no acepten nunca más su testimonio. Ellos son los perversos.
5. Pero a aquellos que [después de haberlas difamado] se arrepientan y enmienden [les será aceptado su testimonio]. Dios es Absolvedor, Misericordioso.
6. Quienes acusen a sus cónyuges [de haber cometido adulterio] sin tener testigos más que ellos mismos, deberán jurar cuatro veces por Dios [ante un juez] que dicen la verdad.
10. Si no fuese por la gracia de Dios y Su misericordia con ustedes, y porque Dios acepta el arrepentimiento y es Sabio [les hubiera hecho descender el castigo que imprecaban].
11. Los que vinieron con la calumnia[1] son un grupo de ustedes. No piensen [¡oh, creyentes!] que esto acarreará un mal para ustedes; por el contrario, es un bien[2]. Cada uno de los que cometieron este pecado recibirá su merecido, y el mayor responsable entre ellos tendrá un castigo severo.
[1] Referencia al hecho histórico en que un grupo de hipócritas acusaron a Aishah, la esposa del Profeta Mujámmad, de haberle sido infiel. [2] Pues evidenciará la inocencia de Aishah, la lealtad de los creyentes y la perversidad de los hipócritas.
12. Cuando los creyentes y las creyentes oyeron la calumnia, deberían haberla considerado como en contra de ellos mismos, y haber dicho: “Esto es una mentira evidente”.
13. ¿Por qué no presentaron cuatro testigos del hecho? [Sepan que] para Dios quienes no presentan testigos [cuando acusan a alguien] son los mentirosos.
14. Si no fuese por la gracia y la misericordia de Dios sobre ustedes en esta vida y en la otra, habrían sufrido un terrible castigo por lo que dijeron.
15. Propagaron la calumnia con su lengua, repitiendo con la boca aquello sobre lo cual no tenían conocimiento [que fuera verdad], y creyeron que lo que hacían era leve, pero ante Dios era gravísimo.
19. Aquellos que desean que se propague la obscenidad entre los creyentes tendrán un castigo doloroso en esta vida y en la otra. Dios sabe y ustedes no saben.
20. Si no fuera por la gracia y la misericordia de Dios sobre ustedes, y porque Él es Compasivo y Misericordioso [rápido descendería el castigo por sus pecados].
21. ¡Oh, creyentes! No sigan los pasos del demonio, porque quien siga los pasos del demonio debe saber que él induce a cometer obscenidades actos reprobables. Si no fuera por la gracia y la misericordia de Dios, ninguno de de ustedes podría purificarse jamás de sus pecados, pero Dios purifica a quien quiere [perdonándole sus pecados]. Dios todo lo oye, todo lo sabe.
22. Que los que hacen obras de bien y los que tienen riqueza no juren dejar de ayudar [a los pobres debido a su participación en la calumnia a Aishah] a sus parientes, a los pobres y a quienes dejaron sus hogares por la causa de Dios, y [es mejor] que los perdonen y los disculpen. ¿Acaso no aman ser perdonados por Dios? Dios es Indulgente, Misericordioso.
26. Las palabras perversas son para los perversos. Los perversos son objeto de palabras perversas. En cambio, las palabras buenas son para los buenos. Estas buenas personas son inocentes de cuanto los acusan, sus faltas les serán perdonadas y tendrán una recompensa generosa.
27. ¡Oh, creyentes! No entren en ninguna casa que no sea la suya sin antes pedir permiso y saludar a su gente. Esto es lo mejor para ustedes, para que así recapaciten.
28. Si no encuentran a nadie en ella[1], no ingresen hasta que se les dé permiso. Si se les dice: “¡No entren!”, entonces vuelvan [sobre sus pasos], eso es lo más puro. Dios conoce bien lo que hacen.
29. Pero sepan que no es un deber pedir permiso para ingresar a lugares públicos en el que tienen tareas que realizar. Dios conoce bien lo que manifiestan y lo que ocultan.
30. Dile a los creyentes [¡Oh, Mujámmad!] que recaten sus miradas y se abstengan de cometer obscenidades, porque eso es más puro para ellos. Dios está bien informado de lo que hacen.
31. Dile a las creyentes que recaten sus miradas, se abstengan de cometer obscenidades, no muestren de sus atractivos [en público] más de lo que es obvio, y que dejen caer el velo sobre su escote, solo muestren sus encantos a sus maridos, sus padres, sus suegros, sus hijos, los hijos de sus maridos, sus hermanos, sus sobrinos por parte de su hermano y de su hermana, las mujeres, las esclavas, sus sirvientes hombres que ya no tengan deseo sexual y los niños que todavía no sienten atracción por el sexo. [Diles también] que no hagan oscilar sus piernas [al caminar] a fin de atraer la atención sobre sus atractivos ocultos. Pidan perdón a Dios por sus pecados, ¡oh, creyentes!, que así alcanzarán el éxito.
32. Ayuden a que los solteros y los esclavos piadosos se casen. [No teman] si son pobres, porque Dios los sustentará con Su gracia. Él es Vasto, lo sabe todo.
33. Quienes no cuenten con los medios para casarse, que tengan paciencia y se abstengan [de mantener relaciones prematrimoniales] hasta que Dios les provea los medios con Su gracia. Si alguno de los esclavos les pide la manumisión, y saben de su honestidad, otórguensela[1] y ayúdenle [a pagar la manumisión] dándole parte de las riquezas con las que Dios los ha agraciado. No fuercen a sus esclavas a prostituirse con el fin de obtener ganancias, siendo que ellas quieren casarse. Y si [a pesar de esta prohibición] fueran forzadas a hacerlo, [que sepan ellas que] Dios es Absolvedor, Misericordioso.
[1] Esto implica la orden de conceder la libertad a todo esclavo que lo solicite.
35. Dios es la luz de los cielos y de la Tierra. Su luz es como [la que surge de] una hornacina en la cual hay una lámpara dentro de un recipiente de vidrio, tan brillante como un astro resplandeciente. La lámpara se enciende con el aceite de un árbol bendito de olivo, procedente de una zona central entre oriente y occidente, cuyo aceite por poco alumbra sin haber sido tocado por el fuego: Es luz sobre luz. Dios guía hacia Su luz a quien Él quiere, y expone ejemplos para que la gente recapacite. Él lo sabe todo.
36. [Esas hornacinas están] en las casas [de oración][1] que Dios permitió que fueran erigidas y honradas para que se invoque Su nombre. En ellas Lo glorifican por la mañana y por la tarde.
37. [En las mezquitas hay] hombres a los que ni los negocios ni las ventas los distraen del recuerdo de Dios, la práctica de la oración prescrita y el pago del zakat, porque temen el día en que los corazones y las miradas se estremezcan[1].
38. Dios los recompensará de la mejor forma por sus buenas obras, y por Su gracia les multiplicará su recompensa. Dios agracia sin medida a quien Él quiere.
39. Las obras de los que se negaron a creer son como un espejismo en el desierto: el sediento cree que es agua, pero cuando llega a él no encuentra nada. Pero sí se encontrarán con Dios, que les dará el castigo que merezcan. Dios es rápido en ajustar cuentas.
40. [El estado de los que se negaron a creer es] como tinieblas en un mar profundo cubierto de olas, unas sobre otras, que a su vez están cubiertas por nubes. Son tinieblas que se superponen unas sobre otras. Si alguien mirase su mano, apenas podría distinguirla. De este modo, a quien Dios no ilumine jamás encontrará la luz[1].
[1] Este versículo menciona la oscuridad que se encuentra en los mares profundos y los océanos, donde si un hombre sumergido en sus profundidades estira su mano no puede verla. La oscuridad en los mares profundos y océanos comienza alrededor de los 200 metros de profundidad. Después de los 1.000 metros ya no existe luz en absoluto. Los seres humanos no son capaces de sumergirse a más de 40 metros sin la ayuda de submarinos o equipos especiales. Los científicos han descubierto recientemente esta oscuridad mediante equipos especiales y submarinos que les han permitido sumergirse en las profundidades del océano. Podemos entender también de este versículo que las aguas profundas de los mares y océanos están cubiertas por olas, y por encima de esas olas existen otras olas. Es claro que ese segundo grupo de olas son las de la superficie que nosotros vemos, pues el versículo menciona que por encima de las segundas olas existen nubes. Pero sobre las primeras olas los científicos han descubierto recientemente que existen olas internas que cubren las aguas profundas de los mares y océanos, porque las aguas profundas poseen una densidad más alta que la de las aguas por encima de ellas. Las olas internas actúan igual que las de la superficie. Las olas internas no pueden ser vistas por el ojo humano, pero pueden ser detectadas al estudiar las temperaturas o los cambios de salinidad en un punto dado; todo esto nos muestra el origen milagroso del Sagrado Corán.
41. ¿Acaso no ves que todo cuanto existe en los cielos y la Tierra glorifica a Dios? Hasta las aves con sus alas desplegadas lo hacen. Cada ser tiene su oración y forma de glorificar. Dios bien sabe lo que hacen.
43. ¿Acaso no reparas que Dios impulsa las nubes lentamente, luego las agrupa, y después ves caer la lluvia? Dios hace descender nubes como montañas, cargadas de granizo con el que azota a quien quiere, pero protege de él a quien quiere. El solo resplandor del relámpago podría enceguecer.
45. Dios creó a todo ser vivo del agua. Algunos de ellos se arrastran sobre sus vientres, otros caminan sobre dos patas, y otros sobre cuatro. Dios crea lo que quiere. Dios es sobre toda cosa Poderoso.
47. Dicen [los hipócritas]: “Creemos en Dios y en el Mensajero, y los obedecemos”. Pero luego, a pesar de haberlo dicho, un grupo de ellos te dan la espalda. Esos no son los creyentes.
50. ¿Es que sus corazones están enfermos [de tanta hipocresía], o dudan [acerca de Mujámmad], o acaso temen que Dios y Su Mensajero los opriman? Ellos son los injustos.
51. En cambio, los creyentes, cuando se los llama a aceptar el juicio de Dios y Su Mensajero en sus asuntos, dicen: “¡Escuchamos y obedecemos!” Ellos son los bienaventurados.
53. [Los hipócritas] juran por Dios que si los convocas [¡Oh, Mujámmad!] para luchar por la causa de Dios, dejarán sus hogares y saldrán a combatir. Pero diles: “No juren en falso, su obediencia es solo de palabra”. Dios está bien informado de lo que hacen.
54. Diles: “Obedezcan a Dios y obedezcan a Su Mensajero”. Pero si se rehúsan, el Mensajero solo rendirá cuentas por lo que se le ha encomendado, y ellos deberán rendir cuentas por lo que se les ha ordenado. Pero si le obedecen [al Mensajero] se encaminarán. Mi Mensajero solo tiene la obligación de transmitir [el Mensaje] con claridad.
55. Dios prometió hacer prevalecer en la Tierra a quienes crean y obren correctamente, como lo hizo con quienes los precedieron. [Dios] les concederá el poder necesario para que puedan practicar la religión que Dios ha dispuesto [el Islam], y transformará su temor en seguridad. Me adorarán sin atribuirme copartícipe alguno. Pero luego de todo esto, quienes se nieguen a creer [y no agradezcan Mis gracias], esos son los perversos.
58. ¡Oh, creyentes! Que sus sirvientes y sus hijos que todavía no han alcanzado la pubertad, les pidan permiso [para ingresar a sus alcobas] antes de la oración del alba, a la siesta cuando se quitan la ropa [para descansar], y después de la oración de la noche, pues éstos son tres momentos en los que su desnudez podría quedar al descubierto. Fuera de ello, pueden entrar sin pedir permiso, porque se frecuentan unos a otros con asiduidad. Así es como Dios les aclara Sus Signos. Dios es Conocedor, Sabio.
59. Cuando sus hijos alcancen la pubertad deberán pedir permiso en todo momento, como lo hacen los adultos. Así es como Dios les aclara Sus signos. Dios es Conocedor, Sabio.
60. Las mujeres que hayan llegado a la menopausia y ya no tengan deseo sexual, pueden aligerar sus vestimentas, siempre que no sea para exhibirse y provocar. Pero si se abstienen por recato es mejor para ellas. Dios todo lo oye, todo lo sabe.
61. No es motivo de reproche[1] que el ciego, el cojo, el enfermo ni ustedes mismos coman [de lo que les ofrezcan, ya sea comida procedente] de su propia casa, o de la casa de sus padres o de sus madres o de sus hermanos o de sus hermanas, o de sus tíos o tías paternos, o de sus tíos o tías maternos, o de aquellas [casas] que están a su cargo o [de la casa] de algún amigo; ni incurren en falta si comen juntos o por separado. Pero siempre que entren a [cualquiera de estas] casas, salúdense unos a otros con el saludo de la paz, un saludo bendecido y excelente, como Dios manda[2]. Así es como Dios les aclara Sus Signos para que puedan comprender.
[1] El sentido más profundo de este versículo es el hincapié en la hermandad de todos los creyentes, expresando la compasión y el compañerismo entre todos los creyentes y, por consiguiente, dejando a un lado las formalidades innecesarias en sus relaciones mutuas. [2] En árabe: As-salamu alaikum wa rahmatul-lah السلام عليكم و رحمة الله que la paz y las bendiciones de Dios sean contigo.
62. Los verdaderos creyentes son aquellos que creen en Dios y Su Mensajero, y que cuando están reunidos con él [el Mensajero de Dios] por un motivo importante, no se retiran sin antes pedirle permiso. Los que te piden permiso son los que realmente creen en Dios y Su Mensajero. Cuando te pidan permiso [¡Oh, Mujámmad!, para retirarse] por algún motivo que les concierna, dáselo a quienes quieras, y pide perdón a Dios por ellos. Dios es Absolvedor, Misericordioso.
63. No llamen al Mensajero de la misma manera que se llaman unos a otros. Dios conoce bien a quienes se retiran con disimulo [sin pedir permiso]. Que estén precavidos aquellos que desobedezcan las órdenes del Mensajero de Dios, no sea que les sobrevenga una desgracia o los azote un castigo severo.
64. ¿Acaso no es de Dios cuanto hay en los cielos y en la Tierra? Él sabe bien lo que hacen. El día que comparezcan ante Él, les informará todas sus obras, pues Dios es conocedor de todas las cosas.
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