4. Al-lah no ha puesto dos corazones en el pecho de ningún hombre, (como) tampoco ha hecho que sus esposas, a las que repudian diciendo que son como las espaldas de sus madres[794], sean sus madres (verdaderas). Del mismo modo, no ha convertido a sus hijos adoptivos en (verdaderos) hijos suyos[795]. Esas son palabras que pronuncian (pero que no son ciertas), mientras que Al-lah dice la verdad y guía hacia el buen camino.
[794] Cuando los árabes repudiaban a sus esposas sin dejarlas libres mediante el divorcio, les decían que eran como las espaldas de sus madres, queriendo decir que las declaraban ilícitas para ellos para mantener relaciones sexuales. Este tipo de repudio, denominado thihar o zihar queda prohibido en el Islam, y quien lo pronuncia debe ayunar dos meses seguidos o alimentar a sesenta pobres para expiar su pecado (ver las aleyas 3 y 4 de la sura 58). [795] La adopción queda prohibida en el Islam. Se puede tutelar o apadrinar a un niño, pero este no debe llevar los apellidos de su tutor ni tiene derecho a heredar como si fuera un hijo biológico. Tras esta aleya, el Profeta Muhammad —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz—, deja de llamar a Zaid Bin Harizah (a quien había adoptado años atrás) como hijo suyo y recibe posteriormente la orden de Al-lah de casarse con la esposa que Zaid había divorciado, para que los musulmanes vieran que no había ningún pecado en ello (ver la aleya 37 de esta misma sura).
5. Llamen (a los hijos que hayan adoptado) por los nombres de sus padres verdaderos; esto es más justo ante Al-lah. Y si no saben cómo se llamaban sus padres, diríjanse a ellos como sus hermanos y aliados en la religión. No cometen ningún pecado si se equivocan al respecto, pero sí si lo hacen intencionadamente. Y Al-lah es Indulgente y Misericordioso.
6. El Profeta debe ser más importante para los creyentes que ellos mismos[796], y sus esposas deben ser consideradas (y respetadas) como las madres de los creyentes (y estos no podrán casarse nunca con ellas en el futuro). Y los lazos de consanguinidad tienen prioridad (en cuestiones de herencia) sobre los lazos (de hermandad) establecidos entre quienes emigraron de La Meca y los creyentes (de Medina que los acogieron)[797] según el Libro de Al-lah; mas pueden dejar unos bienes (en testamento) a sus hermanos en la religión. Ello ha sido prescrito en el registro (o Tabla Protegida, y no puede ser modificado).
[796] Y lo que él dictamine debe ser respetado y acatado por los creyentes, y debe estar por encima de sus propios deseos. [797] A comienzos del Islam, cuando los creyentes emigraron a la ciudad de Medina, se establecieron lazos de hermandad entre los emigrantes que habían perdido todas sus pertenencias al abandonar su ciudad de La Meca y los creyentes de Medinaque los habían acogido en sus casas. Dichos lazos incluían el derecho a heredar, mas ese derecho quedaría después abrogado por esta aleya.
7. Y (recuerda, ¡oh, Muhammad!) cuando establecimos un pacto con los profetas (para establecer Nuestra religión y Nuestro mensaje), así como contigo, con Noé, con Abraham, con Moisés y con Jesús, hijo de María[798]. De todos tomamos un firme compromiso
[798] Al-lah destaca a cinco de entre Sus profetas mencionándolos por sus nombres debido a la gran voluntad y determinación de estos, lo que les concede un puesto especial entre todos los mensajeros de Al-lah. También los destaca en la aleya 13 de la sura 42.
8. para preguntar a esos hombres veraces (el Día de la Resurrección) acerca de la verdad (que transmitieron y sobre la respuesta que obtuvieron de sus pueblos respectivos). Y (Al-lah) ha preparado para quienes hayan rechazado la verdad un castigo doloroso.
9. ¡Oh, creyentes!, recuerden el favor que Al-lah les concedió (durante la batalla del foso[799]) cuando aparecieron ante ustedes ejércitos de los incrédulos (para atacarlos) y Al-lah envió contra ellos un viento (helado) y un ejército (de ángeles) que no podían ver. Y Al-lah observaba lo que hacían.
[799] Esta batalla ocurrió en el año 5 de la Hégira, cuando los líderes de los judíos de la tribu de Banu Nadir (que habían sido expulsados anteriormente de la ciudad de Medina por el Profeta Muhammad —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz—por no respetar el pacto de no agresión que habían firmado con él y por haber intentado matarlo) se aliaron con los idólatras de La Meca para atacar a los creyentes de Medina. Estos cavaron un foso alrededor de la ciudad para protegerse, y por ello la batalla se conoce con este nombre. Los musulmanes fueron sitiados durante casi un mes; mas, finalmente, Al-lah les concedió la victoria.
10. Los atacaban por encima y por debajo (del valle). (Ustedes) los miraban con los ojos desencajados y con el corazón en la boca, aterrorizados, y (algunos) abrigaban dudas acerca de Al-lah (pensando que no los socorrería).
12. Y (recuerda) cuando los hipócritas y quienes albergaban en su corazón la enfermedad (de la duda y la incredulidad) decían: “Lo que Al-lah y Su Mensajero nos han prometido es puro engaño”.
13. Y (recuerda) cuando un grupo de ellos dijo: “¡Oh, habitantes de Yazrib[800]!, no pueden hacer frente (al enemigo). ¡Regresen (a sus hogares)! Y un grupo (de los hipócritas) pedía permiso al Profeta (para regresar) diciéndole: “¡Nuestras casas están desprotegidas!”, cuando realmente no lo estaban; solo pretendían huir (de la batalla).
15. Y esto a pesar de que habían dado a Al-lah su palabra de que no volverían la espalda (huyendo de la batalla). Y lo prometido a Al-lah debe cumplirse (pues el hombre rendirá cuentas a Al-lah de ello).
16. Diles (a los hipócritas, ¡oh, Muhammad!): “De nada les servirá huir de la muerte o de que los maten (en combate); y si huyesen, solo disfrutarían de esta vida un corto plazo de tiempo[801]”.
[801] El ser humano debe tomar las precauciones necesarias para proteger su vida porque no sabe qué va a sucederle, pero no debe olvidarse de que Al-lah ha decretado el momento en que cada hombre morirá, y este no podrá prolongar su vida ni huir de la muerte cuando llegue dicho momento. Y el tiempo que pueda vivir en la tierra siempre será muy corto comparado con la vida eterna.
17. Diles: “¿Quién los protegería de Al-lah si Él quisiera algún mal para ustedes o quién podría evitar que los agraciara con Su misericordia (si así Él lo quisiera)?”. Y no encontrarán fuera de Al-lah quién los proteja o auxilie.
18. Al-lah conoce quiénes de ustedes procuran impedir (que otros luchen por Su causa) y quiénes dicen a sus hermanos (compañeros o amigos): “¡Vengan con nosotros (y no combatan junto a Muhammad)!”, mientras que ellos no luchan, salvo en alguna ocasión (para que no se descubra su hipocresía).
19. Se portan miserablemente con ustedes (¡oh, creyentes!, y no les proporcionan ningún tipo de ayuda). Si están presentes en la batalla, son presa del miedo y ves cómo te miran con los ojos desencajados como a quien le ronda la muerte. Y cuando dejan de temer, sus lenguas se desatan contra ustedes y dicen lo peor que pueden. Esos no creen de verdad y Al-lah invalidará Sus (buenas) acciones; y eso es fácil para Él.
20. (Debido a su cobardía) piensan que las tribus aliadas (contra los creyentes) no se han retirado (del todo y que regresarán para seguir combatiendo). Y si regresaran, (los hipócritas) desearían estar en el desierto con los beduinos y preguntar desde allí por sus noticias. Y si estuvieran entre ustedes, apenas combatirían.
21. Ciertamente, en el Mensajero de Al-lah hay un buen ejemplo para todo aquel que espera el encuentro con su Señor y el Último Día (con temor y anhelo) y glorifica mucho a Al-lah.
22. Y cuando los creyentes vieron a las tribus aliadas (contra ellos), dijeron: “Esto es lo que Al-lah y Su Mensajero nos habían prometido[802]”. Y no hizo sino aumentar su fe y su sometimiento (a Al-lah).
[802] La aleya alude a lo que Al-lah les había asegurado anteriormente en la aleya 214 de la sura 2 acerca de que no entrarían en el Paraíso sin que Al-lah hubiese puesto a prueba su fe, tal y como hizo con los creyentes que los precedieron.
23. Entre los creyentes hay hombres que han sido fieles a su compromiso con Al-lah. Algunos ya han fallecido (luchando por Su causa), mientras que otros esperan (a que les llegue el momento) y no han cambiado en nada (siguiendo fieles a su compromiso);
24. para que Al-lah recompense a los sinceros por su sinceridad y castigue a los hipócritas, si así lo desea, o se apiade de ellos. Ciertamente, Al-lah es Indulgente y Misericordioso.
25. Y Al-lah hizo que las tribus aliadas que rechazaban la verdad se retiraran airadas al no conseguir su objetivo (de derrotar a los creyentes). Y Al-lah basta (para ayudar) a los creyentes en el combate, pues Al-lah es Fuerte y Poderoso.
26. E hizo que aquellos que las apoyaron de entre los judíos (que vivían en las proximidades de Medina)[803] saliesen de sus fortalezas, e infundió terror en sus corazones; a unos los mataron y a otros los hicieron prisioneros.
[803] Se refiere a los judíos de la tribu de Banu Quraidha que traicionaron al Profeta Muhammad —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz— rompiendo su pacto de defender a los creyentes contra una agresión extranjera. Dicha tribu se alió con las otras tribus de incrédulos que habían acampado fuera de Medina para atacar la ciudad cuando esta se encontrase desprotegida con el fin de exterminar a las mujeres, niños y ancianos que había en su interior, así como a los pocos guardias que velaban por ellos. Al acabar la contienda, el Profeta Muhammad —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz— se dirigió a la tribu de Banu Quraidha. Estos se rindieron con la condición de que un antiguo amigo y aliado de ellos que había aceptado el Islam, Sa’ad Bin Mu’adh, dictaminase sobre ellos, pues pensaban que este perdonaría sus vidas. Sin embargo, Sa’ad dictaminó que los hombres fueran ejecutados y las mujeres y niños fueran tomados como prisioneros; y el Profeta Muhammad —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz— mandó que se cumpliera la sentencia de quien los mismos judíos habían solicitado.
27. E hizo que (ustedes) heredasen sus campos, sus viviendas, sus bienes y una tierra que aún no habían pisado[804]. Y Al-lah es Todopoderoso.
[804] Se refiere posiblemente a Jaibar, una localidad cercana a Medina que aún no había sido conquistada, aunque algunos comentaristas opinan que podría referirse a las tierras de los persas y bizantinos.
28. ¡Oh, Profeta!, di a tus esposas: “Si quieren esta vida terrenal y sus placeres, vengan, que les daré una buena provisión y quedarán libres de buena manera (mediante el divorcio)[805].
[805] Al-lah ordena al Profeta —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz— que dé a sus esposas la opción del divorcio porque estas le pedían lo que él no podía proporcionarles. Todas sus esposas escogieron ser pacientes ante las estrecheces económicas y contentarse con su situación pensando en la recompensa que recibirían en la otra vida.
29. Mas si quieren a Al-lah, a Su Mensajero y la Última Morada (del Paraíso), (sepan que) Al-lah ha preparado para quienes hagan el bien de entre ustedes una gran recompensa”.
30. ¡Oh, esposas del Profeta!, quien de ustedes cometa un claro pecado recibirá un doble castigo[806]; y esto es fácil para Al-lah.
[806] Como esposas del Profeta Muhammad —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz— deben ser un ejemplo para los demás; y del mismo modo que Al-lah les promete una gran recompensa si son pacientes y obran el bien, también les avisa que les espera un doble castigo si obran mal debido a la responsabilidad y el alto estatus que ocupan en la comunidad musulmana.
31. Mas la que obedezca a Al-lah y a Su Mensajero y obre rectamente recibirá una doble recompensa; y hemos preparado para ella una generosa provisión (en el Paraíso).
32. ¡Oh, esposas del Profeta!, no son como las demás mujeres (pues son un ejemplo para el resto). Si temen a Al-lah, no hablen (a los hombres) con dulzura para no despertar deseo en quienes tienen un corazón enfermo (de hipocresía y perversidad), y hablen de manera (y en un tono) conveniente.
33. Permanezcan en sus hogares y (si tienen que salir) no se exhiban mostrando su belleza como era costumbre antes del Islam. Realicen el salat, entreguen el azaque y obedezcan a Al-lah y a Su Mensajero. Al-lah quiere alejarlos de todo pecado, ¡oh familia del Profeta[807]!, y quiere purificarlos.
[807] Esta aleya es un argumento en contra de quienes defienden que la familia del Profeta —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz— está constituida solamente por sus descendientes y parientes de sangre y no incluye a sus esposas, pues aquí claramente se aprecia que Al-lah se dirige a ellas como “familia del Profeta”.
34. Y recuerden las aleyas de Al-lah y la sabiduría (la tradición y dichos del Profeta) que se mencionan en sus casas. Ciertamente, Al-lah es Sutil y está bien informado de todas las cosas.
35. A los musulmanes y a las musulmanas (o a quienes someten su voluntad a Al-lah); a los creyentes y a las creyentes; a los devotos y a las devotas (en la adoración a Al-lah); a los sinceros y a las sinceras (de corazón); a los hombres y mujeres pacientes y constantes; a los hombres y mujeres humildes ante Al-lah; a los hombres y mujeres que entregan caridad; a los hombres y mujeres que ayunan; a los hombres y mujeres que protegen sus partes íntimas de cualquier relación ilícita, y a los hombres y mujeres que glorifican mucho a Al-lah; a todos ellos Al-lah les ha preparado Su perdón y una enorme recompensa.
36. Ningún creyente, sea hombre o mujer, tiene la opción de elegir sobre un asunto que ha sido decretado por Al-lah y por Su Mensajero. Y quien desobedezca a Al-lah y a Su Mensajero estará en un claro extravío.
37. Y (recuerda, ¡oh, Muhammad!) cuando dijiste a quien Al-lah agració (guiándolo al Islam) y a quien tú favoreciste (liberándolo de la esclavitud y educándolo como a un hijo)[808]: “No divorcies a tu esposa y teme a Al-lah”. Y escondiste en tu interior lo que Al-lah iba a manifestar (tu futuro matrimonio con ella), y temías lo que la gente diría, cuando Al-lah es más digno de ser temido. Y cuando Zaid se hubo divorciado de ella, te la dimos a ti como esposa para que los creyentes supieran que no incurren en falta alguna si se casan con las esposas de sus hijos adoptivos tras haberse divorciado estos de ellas. Y lo que Al-lah ordena debe cumplirse.
[808] Se refiere a Zaid Bin Harizah, de quien ya se habló en la nota de pie de la aleya 4 de esta misma sura. El Profeta Muhammad —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz— lo liberó de la esclavitud y lo adoptó como hijo antes de que la adopción estuviera prohibida. Después este se casó con Zainab Bint Jahsh, prima del Profeta —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz—, mas al cabo de poco tiempo surgieron problemas en el matrimonio y Zaid quiso divorciarse de ella y se lo comentó al Profeta —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz—, quien le aconsejó que no la divorciara. Para aquel entonces Al-lah ya le había revelado que Zainab sería esposa suya para demostrar a los creyentes que no era ningún pecado casarse con las exesposas de los hijos adoptivos —cosa que estaba prohibida según la tradición árabe pagana— porque estos no son hijos verdaderos.
38. El Profeta no debe ser reprochado por cumplir con lo que Al-lah ha prescrito para él. Este es el proceder de Al-lah con (los profetas) anteriores. Y lo que Al-lah ordena sucede inevitablemente.
40. Muhammad no es el padre de ninguno de sus hombres[809]; no es más que el Mensajero de Al-lah y el último de los profetas. Y Al-lah tiene conocimiento sobre todas las cosas.
[809] Significa que nadie podía llamar a partir de entonces a Zaid Bin Hariza como Zaid, Bin (hijo de) Muhammad. Además, los cuatro hijos varones que tuvo el Profeta —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz— murieron en la infancia, por lo que no era el padre de ningún hombre creyente.
43. Él les concede Su misericordia y los elogia ante los ángeles, mientras que estos piden a Al-lah que los perdone para que los saque de las tinieblas y los conduzca hacia la luz. Y Él es Misericordioso con los creyentes.
49. ¡Oh, creyentes!, si se casan con mujeres creyentes y las divorcian antes de haber consumado el matrimonio, estas no tienen que cumplir ningún periodo de espera (para volver a casarse). Denles una buena provisión en compensación y déjenlas libres de buena manera.
50. ¡Oh, Profeta!, hemos hecho lícitas para ti las esposas a las que has otorgado parte de tus bienes como maher[810], las esclavas que Al-lah te ha concedido (como botín de guerra), las hijas de tus tíos y tías paternos, y las hijas de tus tíos y tías maternos que hayan emigrado contigo (a la ciudad de Medina). También hemos hecho lícita para ti toda mujer creyente que se te ofrezca en matrimonio (sin tener que obsequiarla con parte de tus bienes), si deseas desposarla. (Esto último) es un permiso exclusivo para ti que no afecta al resto de creyentes. Sabemos bien lo que hemos prescrito para ellos con respecto a sus esposas y a sus esclavas. Y esto es para que no sientas ningún reparo por lo que hagas. Y Al-lah es Indulgente y Misericordioso.
51. Puedes posponer (el turno de) la esposa que quieras y recibir a la (esposa) que quieras. Y no cometes ninguna falta si deseas (recibir) a cualquiera de las que habías dejado de lado (posponiendo su turno)[811]. (El hecho de que ellas sepan que esto es una decisión de Al-lah) es mejor para que se sientan confortadas, no se entristezcan y estén satisfechas con lo que les ofreces a cada una de ellas. Y Al-lah conoce lo que albergan los corazones. Y Al-lah es Omnisciente y Tolerante.
[811] Según los comentaristas, esta aleya puede entenderse de dos maneras: puede hacer referencia a la libertad del Profeta —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz— a la hora de dividir su tiempo con sus esposas y de respetar los turnos de estas, o puede referirse a su libertad a la hora de rechazar o aceptar, según desee, a las mujeres que se le ofrecen voluntariamente en matrimonio. A pesar de que Al-lah le había concedido el privilegio de no tener que dividir su tiempo por igual entre sus mujeres, el Profeta Muhammad —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz— no cambiaba los turnos de estas sin consultarlo con ellas y dividía equitativamente su tiempo entre ellas.
52. No se te permite casarte con más mujeres de aquí en adelante ni cambiar a unas por otras (mediante el divorcio), incluso si te atrae su belleza; mas puedes disponer de tus esclavas. Y Al-lah observa todas las cosas[812].
[812] Cuando esta aleya fue revelada, el Profeta tenía nueve esposas y no desposó a ninguna otra mujer, aunque algunos exégetas defienden que la prohibición de casarse con más mujeres fue cancelada posteriormente. A pesar de que el número máximo de esposas permitido en el Islam es de cuatro, el Profeta —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz— no tenía un número limitado, y todos sus matrimonios obedecían a un propósito determinado, como: fortalecer las relaciones con importantes tribus árabes (como en el caso de ‘Aisha y Hafsa); proteger a mujeres que habían enviudado de sus familias idólatras (como en el caso de Saudah y Um Habibah); para demostrar que no era pecado casarse con la exesposa de un hijo adoptivo (como en el caso de Zainab); para que tribus no musulmanas aceptasen el Islam después de que el Profeta —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz— liberase a las hijas de sus líderes de la cautividad y se casara con ellas (como en el caso de Juwairiyah y Safiyah), etc. De hecho, su primera esposa, Jadiyah, era quince años mayor que él y viuda por dos veces, y no se casó con otra mujer hasta después del fallecimiento de esta, pasados veinticinco años. Hasta el segundo año de la Hégira no se casó con otras mujeres, cuando la nación musulmana empezaba a emerger y era necesario fortalecerla con alianzas. Además, con la excepción de ‘Aisha, todas sus esposas eran viudas o divorciadas y muchas tenían una edad avanzada, lo que prueba que no fue su deseo sexual lo que lo llevó a contraer diversos matrimonios.
53. ¡Oh, creyentes!, no entren en la casa del Profeta salvo si los ha invitado a comer, y no vayan demasiado pronto, cuando aún se esté preparando la comida. Entren cuando se los invite, y, después de comer, retírense y no permanezcan sentados para conversar. Tal comportamiento incomoda al Profeta, pero le da vergüenza decírselos. Sin embargo, Al-lah no se avergüenza de la verdad. Y si solicitan algo a sus esposas, háganlo tras un velo (o cortina). Esto es más puro para sus corazones y para los suyos. No deben importunar al Mensajero de Al-lah ni podrán casarse nunca con sus esposas en el futuro. Eso sería muy grave para Al-lah.
54. Tanto si revelan algo como si lo ocultan en su interior (es del conocimiento de Al-lah y los juzgará por ello)[813], pues Él tiene conocimiento sobre todas las cosas.
[813] Esta aleya fue revelada debido a que un hombre tenía la intención de casarse con ‘Aisha —que Al-lah esté complacido con ella— tras la muerte del Profeta —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz—, y la aleya le advierte que Al-lah lo juzgará también por sus intenciones aunque no las manifieste.
55. (Las mujeres) no incurren en falta alguna (si no cubren su belleza) ante sus padres, ante sus hijos, ante sus hermanos, ante los hijos de sus hermanos y hermanas, ante las mujeres musulmanas y ante los esclavos. Y que teman a Al-lah; ciertamente, Al-lah es testigo de todas las cosas.
56. Al-lah concede al Profeta Su misericordia y lo elogia ante los ángeles, mientras que estos suplican por él y lo ensalzan. ¡Oh, creyentes!, supliquen también ustedes por él y ensálcenlo, y envíenle sus saludos.
57. Ciertamente, Al-lah expulsará de Su misericordia (en esta vida y en la otra) a quienes Lo ofendan (o calumnien) a Él y a Su Mensajero, y les ha preparado un castigo humillante (en el Infierno).
59. ¡Oh, Profeta!, di a tus esposas, a tus hijas y a las mujeres de los creyentes que se cubran (todo el cuerpo) con sus prendas externas[814]. Esto es mejor para ellas, para que sean reconocidas como creyentes y no sean molestadas; y Al-lah es Indulgente y Misericordioso.
[814] Salvo ante las personas mencionadas en la aleya 55 de esa sura y en la aleya 31 de la sura 24. Estas prendas externas (que en algunos lugares se denominan abaya y en otras yilbab) deben cubrir todo el cuerpo, de cabeza a los pies, con la posible excepción de la cara y las manos, según algunos exégetas.
60. Si los hipócritas, quienes tienen el corazón enfermo (de duda e incredulidad) y quienes divulgan falsas noticias en la ciudad de Medina no cejan en su actitud, te concederemos poder sobre ellos (¡oh, Muhammad!) y no permanecerán en la ciudad junto a ti por mucho tiempo.
63. La gente te pregunta (¡oh, Muhammad!) acerca de cuándo tendrá lugar la Hora (final). Diles: “Solo Al-lah posee dicho conocimiento”. Y quizás la Hora esté ya cerca, aunque tú no puedes saberlo.
69. ¡Oh, creyentes!, no sean como quienes importunaban a Moisés hasta que Al-lah lo defendió de lo que falsamente alegaban[815]. Y Moisés ocupaba una posición honorable ante Al-lah.
[815] Al-lah está pidiendo a los creyentes que no importunen al Profeta Muhammad —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz— discutiendo sobre la correcta división de un botín de guerra que él realizó, del mismo modo que un grupo de judíos importunaban a Moisés —la paz de Al-lah esté con él— diciendo que él nunca mostraba su piel porque tenía alguna enfermedad. Al-lah lo defendió de las mentiras que decían haciendo que una roca se llevara la ropa de Moisés mientras él se bañaba para que un grupo pudiera verlo desvestido cuando intentaba recuperar sus vestimentas.
72. Ciertamente, ofrecimos a los cielos, a la tierra y a las montañas la responsabilidad (de cumplir con los preceptos de la religión de Al-lah y de ser recompensados o castigados según su actuación), mas declinaron tal responsabilidad y la temieron; no obstante, el hombre la aceptó. El hombre fue, en verdad, injusto consigo mismo e ignorante (al desestimar el riesgo que conllevaba aceptar tal responsabilidad si no cumplía con ella).
73. Y Al-lah castigará a los hipócritas y a las hipócritas, a los idólatras y a las idólatras, y aceptará el arrepentimiento de los creyentes y de las creyentes. Y Al-lah es Indulgente y Misericordioso.
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Sura translation
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Parameters: translation_key: (the key of the currently selected translation) sura_number: [1-114] (Sura number in the mosshaf which should be between 1 and 114) aya_number: [1-...] (Aya number in the sura)
Returns:
json object containing the "sura", "aya", "translation" and "footnotes".